Aunque la Guerra de Abril comenzó oficialmente en los últimos días de abril de 1965, el 14 de mayo se convirtió en una fecha clave para la República Dominicana.
Ese día, las fuerzas estadounidenses iniciaron un retiro parcial tras intensas presiones diplomáticas y negociaciones con sectores nacionales e internacionales.
El desembarco de las tropas se había producido con el argumento de frenar la expansión del comunismo en el Caribe, pero generó una fuerte resistencia entre amplios sectores de la sociedad dominicana que exigían soberanía plena.
Tensiones, protestas y el inicio de un proceso de desocupación
La presencia militar de Estados Unidos en suelo dominicano fue justificada por la Casa Blanca como una acción preventiva en medio de la Guerra Fría.
Sin embargo, para muchos dominicanos, esa intervención era una intromisión directa en los asuntos internos del país.
Desde el 28 de abril, fecha en que aterrizaron los primeros soldados estadounidenses en Santo Domingo, se multiplicaron las manifestaciones y enfrentamientos entre civiles armados y fuerzas extranjeras.
Las calles del país se convirtieron en escenario de una guerra urbana que dejó centenares de muertos y heridos.
El papel de la OEA en la salida diplomática
Con el paso de los días, las voces que exigían el retiro de las tropas estadounidenses se intensificaron, tanto a lo interno como desde gobiernos latinoamericanos que veían con recelo la intervención.
El 14 de mayo de 1965, tras múltiples presiones diplomáticas y reuniones multilaterales, se logró el primer paso concreto hacia el cese de hostilidades.
La Organización de Estados Americanos (OEA) promovió un acuerdo de paz que permitió iniciar el repliegue parcial de soldados extranjeros, estableciendo un mecanismo de supervisión regional.
Este momento marcó el comienzo de una nueva etapa en el conflicto, en la que el enfoque pasó de la lucha armada al diálogo político.
Impacto en la soberanía y lecciones para la historia
El proceso de retiro no fue inmediato ni total, pero simbolizó una victoria parcial para los sectores que defendían la autodeterminación del pueblo dominicano.
Aunque las tensiones persistieron, la fecha quedó registrada como un punto de inflexión en la crisis.
Hoy, 14 de mayo, se recuerda como una jornada significativa que abrió camino hacia la pacificación y sentó las bases para la salida definitiva de las fuerzas de ocupación.
La Guerra de Abril de 1965 sigue siendo uno de los eventos históricos más trascendentales del siglo XX en la República Dominicana.
Además de evidenciar las profundas divisiones internas, mostró la fragilidad de las instituciones democráticas y la importancia de preservar la soberanía ante presiones externas.
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