Colombia vivió una jornada de alta tensión este miércoles, luego de que el Senado rechazara una consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro.
La iniciativa pretendía someter a votación ciudadana doce puntos clave de su reforma laboral, previamente descartada por el Congreso.
El rechazo legislativo provocó protestas, actos vandálicos y enfrentamientos en varias ciudades del país, desatando una ola de disturbios y agravando la crisis política.
Protestas violentas tras la decisión del Senado
En ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, miles de personas salieron a las calles en apoyo a la consulta. Lo que inició como manifestaciones pacíficas pronto degeneró en violencia.
Encapuchados atacaron instalaciones públicas y sedes de partidos opositores, mientras otros bloquearon vías y enfrentaron a las fuerzas del orden.
La capital colombiana fue escenario de los actos más agresivos.
La sede del Senado fue objeto de ataques con piedras, y mobiliario urbano resultó destruido por grupos radicalizados.
Las autoridades reportaron varios heridos y al menos 14 detenidos.
Petro acusa al Congreso de frenar la voluntad popular
El presidente Gustavo Petro reaccionó con dureza a la decisión del Senado, calificándola de “fraude institucional” contra el pueblo colombiano.
Afirmó que su propuesta de consulta era un instrumento democrático para avanzar en las transformaciones sociales prometidas durante su campaña.
Petro denunció que la negativa refleja la desconexión de las élites políticas con la ciudadanía. Aseguró que continuará impulsando sus reformas por otras vías constitucionales y llamó al pueblo a “no rendirse”.
La reforma laboral, centro del conflicto
La propuesta de reforma laboral incluía medidas para mejorar las condiciones de los trabajadores, como la ampliación de los recargos nocturnos, mayor estabilidad en los contratos y mayores garantías para trabajadores informales y del campo.
Empresarios y sectores opositores criticaron el proyecto por considerar que perjudicaría la creación de empleos y aumentaría los costos operativos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
El Senado argumentó que la consulta no cumplía con los requisitos jurídicos y que debía ser discutida nuevamente en el Congreso antes de ser llevada a votación popular.
Polarización y crisis institucional
La negativa al plebiscito ha profundizado la polarización política en Colombia.
El oficialismo acusa a la oposición de bloquear cualquier intento de transformación, mientras los adversarios del Gobierno critican lo que consideran una estrategia populista para presionar a las instituciones.
El Ministerio del Interior anunció el refuerzo de la seguridad en puntos estratégicos del país y llamó a la calma, aunque no se descarta que las movilizaciones continúen en los próximos días.
La situación evidencia una creciente fractura entre el Ejecutivo y el Legislativo, y pone en entredicho la gobernabilidad en momentos en que se esperaban avances importantes en materia de justicia social.
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