Dary Terrero
ROMA. – El sacerdote diocesano Hugo Gabriel Sánchez, de la Diócesis de Chiclayo (Perú), vivió un momento inesperado durante su peregrinación mariana por Europa al coincidir su llegada a Roma con la elección de su antiguo obispo, Monseñor Roberto Prevost, como Papa León XIV.
Lo que comenzó como un viaje espiritual junto a su madre, con paradas programadas en santuarios marianos como Fátima, Medjugorje y Lourdes, terminó convirtiéndose en un emotivo encuentro con el nuevo Pontífice en el Vaticano.
Más que un viaje de fe
La peregrinación había sido planificada desde hacía meses, y tenía como última parada obligatoria la ciudad de Roma.
Sin embargo, ni el P. Hugo ni su madre imaginaron que llegarían justo en los días históricos en que Monseñor Prevost sería elegido como sucesor de San Pedro.
Prevost, quien pastoreó la Diócesis de Chiclayo durante más de nueve años, guarda una estrecha relación personal con el sacerdote peruano, fruto de años de trabajo pastoral conjunto y amistad mutua.
Un encuentro de afecto y gratitud
El domingo 12 de mayo, apenas unos días después de su elección, el Papa León XIV hizo un espacio en su agenda para recibir en audiencia privada a su amigo el P. Hugo Sánchez y a su madre.
Durante el encuentro, que duró más de 30 minutos, compartieron palabras de afecto, recuerdos y gestos de gratitud.
El sacerdote aprovechó la ocasión para entregarle al nuevo Papa un cuadro típico de la ciudad del Cuzco, llevado expresamente desde Perú como muestra de cariño de su tierra natal.
“La alegría fue inmensa”, relató el P. Hugo, al describir el emotivo momento vivido en el Vaticano, según sus declaraciones a medios internacionales.
El vínculo entre pastor y comunidad
Este acontecimiento resalta el profundo lazo que puede existir entre los fieles y sus pastores, incluso cuando estos ascienden a responsabilidades universales dentro de la Iglesia.
La elección del Papa León XIV representa no solo un hito para la Iglesia Católica, sino también una ocasión de regocijo para muchas comunidades que lo conocieron de cerca en su camino episcopal.
La historia del P. Hugo y su madre, convertida en testimonio vivo de fe y providencia, inspira a muchos creyentes en todo el mundo.
Su encuentro con el Papa, en el marco de una peregrinación guiada por la devoción mariana, le añade un matiz personal a uno de los acontecimientos más trascendentales del catolicismo contemporáneo.
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