Dary Terrero
La periodista Rosa Encarnación anunció su renuncia al grupo RCC Media, donde ocupaba el cargo de directora de Prensa desde hace 10 meses, motivada por razones éticas vinculadas al caso del colapso del techo en la discoteca Jet Set.
Durante un comentario publicado en su canal de YouTube, Encarnación fue clara al señalar que no podía continuar laborando en un grupo de comunicación cuyo propietario es el mismo que figura como dueño de la discoteca Jet Set, escenario de una tragedia que dejó 233 muertos y más de 180 heridos.
Cuestiona silencio de las autoridades
En su declaración, la comunicadora también lanzó duras críticas contra el Ministerio Público, por lo que considera una inacción alarmante ante un hecho de tal magnitud.
“Aquí ha muerto gente, y las autoridades no dan la cara. El silencio es escandaloso”, dijo al referirse a la falta de respuestas públicas en torno al caso.
Encarnación cuestionó que, a pesar de las dimensiones de la tragedia, ni los responsables del colapso han sido sometidos ni se ha emitido información que arroje luz sobre las causas reales del desplome del techo.
“No se puede estar con Dios y con el diablo”
Durante su intervención, pronunció una frase que resume su decisión: “No se puede estar con Dios y con el diablo”.
La comunicadora explicó que sus valores profesionales y personales son incompatibles con seguir trabajando para una empresa cuyos dueños están directamente vinculados a una tragedia que ha dejado una herida abierta en la sociedad dominicana.
Encarnación manifestó que no se puede defender la verdad ni cuestionar al poder desde un medio que, a su juicio, representa intereses comprometidos con el silencio y la impunidad.
Una renuncia con eco ético
Su salida ha generado múltiples reacciones entre colegas del periodismo y en redes sociales, donde se le ha reconocido por asumir una postura coherente con sus principios.
Aunque no ofreció detalles sobre su futuro profesional, afirmó que continuará levantando la voz por la verdad y la justicia desde cualquier espacio que le permita mantener su independencia.
Con esta renuncia, Encarnación marca distancia de un entorno que considera éticamente comprometido, en medio de una tragedia nacional cuya investigación aún no ofrece respuestas claras.
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