La llegada del canciller ruso, Serguéi Lavrov, al Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA) estuvo envuelta en un ambiente inusualmente silencioso y reservado.
A pesar de tratarse de una visita oficial de alto nivel, las autoridades dominicanas no desplegaron el protocolo tradicional para un funcionario de su jerarquía.
El jefe de la diplomacia rusa, uno de los principales rostros del gobierno de Vladimir Putin, fue recibido sin honores ni comitiva destacada.
Una bienvenida que desconcertó
Solo Francisco Cantizano, director de Ceremonial de Estado y Protocolo, estuvo presente para recibir al diplomático.
La ausencia de funcionarios de alto rango o autoridades militares sorprendió a los observadores políticos y medios internacionales.
El ambiente fue descrito como “frío y distante”, lo que dejó muchas interrogantes sobre el mensaje diplomático que quería enviar el Gobierno dominicano.
No hubo alfombra roja, saludos oficiales, ni cobertura protocolar como suele verse en este tipo de visitas.
La imagen de Lavrov descendiendo del avión y caminando solo, sin acompañantes, se difundió rápidamente en redes sociales.
Los internautas y analistas no tardaron en señalar lo inusual de la situación.
Una visita histórica sin honores visibles
Es la primera vez que un canciller ruso visita la República Dominicana de manera oficial.
Esto eleva el nivel simbólico del encuentro, más aún en medio del contexto geopolítico actual.
Lavrov llega en un momento donde Rusia busca fortalecer lazos con América Latina frente al aislamiento de Occidente.
Sin embargo, la frialdad de la recepción contrastó con la importancia estratégica que podría tener este acercamiento bilateral.
Varios medios rusos también notaron la falta de entusiasmo en la bienvenida.
Algunos incluso sugirieron que podría haber tensiones diplomáticas ocultas.
República Dominicana evita protagonismo en visita rusa
El gobierno dominicano no emitió comunicados destacados sobre la llegada del canciller ruso.
Tampoco se realizaron eventos públicos o ruedas de prensa abiertas con medios nacionales.
Esta actitud contrasta con visitas anteriores de diplomáticos estadounidenses, europeos o latinoamericanos.
Las reuniones se llevaron a cabo a puertas cerradas, con poca información divulgada.
Esto alimentó el misterio sobre el contenido y propósito del encuentro.
El silencio oficial ha dado paso a la especulación en medios internacionales.
Analistas sugieren que República Dominicana busca mantener una postura neutral en la guerra de Ucrania.
Pero el trato reservado puede interpretarse también como una estrategia para evitar presiones externas.
En cualquier caso, la diplomacia dominicana envió un mensaje que resuena más por lo que no hizo.
Y eso es precisamente lo que vuelve tan comentada esta visita de Serguéi Lavrov.
Queda por ver si el resultado del encuentro generará acuerdos o cambios en la relación entre ambos países.
Lo cierto es que la llegada del jefe diplomático ruso no pasó desapercibida, aunque no por los motivos esperados.
Mientras tanto, los ojos del mundo siguen atentos a cómo evoluciona esta nueva fase en las relaciones bilaterales.
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