Los residentes de Bayacanes, en La Vega, han vuelto a tomar la situación en sus propias manos ante la inacción de las autoridades.
Una vez más, los comunitarios han construido un puente provisional con tablones para cruzar el Río Camú, debido al retraso en la construcción del puente prometido.
Esta situación ha generado preocupación y frustración en la comunidad, que por años ha esperado una solución definitiva.
Promesa incumplida del puente de Bayacanes
El puente de Bayacanes ha sido una promesa reiterada por distintos gobiernos. Sin embargo, hasta el momento, no se ha iniciado la construcción formal.
Los comunitarios aseguran que han recibido visitas de funcionarios y han escuchado múltiples compromisos. Pero al final, todo queda en palabras sin acciones concretas.
La falta de un puente seguro no solo dificulta el transporte diario, sino que también representa un riesgo, especialmente en temporada de lluvias.
La solución comunitaria: un puente de tablitas
Ante el abandono, los residentes decidieron actuar. Organizados por grupos vecinales, construyeron un puente improvisado con tablones de madera para cruzar el río.
Aunque rudimentario, este puente permite el paso de personas a pie y en motocicleta, lo que es esencial para el acceso a servicios básicos y actividades económicas.
Sin embargo, el peligro es evidente. La estructura carece de seguridad y puede colapsar ante una crecida del río.
Riesgos constantes y llamados urgentes
Los habitantes de Bayacanes temen por la seguridad de sus familias, especialmente de los niños y ancianos que cruzan a diario.
Ya han ocurrido accidentes en años anteriores debido a estas condiciones precarias. Por eso, la comunidad insiste en que no se puede seguir esperando.
Demandan al gobierno central y a las autoridades provinciales que den inicio inmediato a la construcción del puente definitivo.
La Vega necesita soluciones reales
La provincia de La Vega ha mostrado crecimiento económico y desarrollo en varias áreas, pero comunidades como Bayacanes siguen olvidadas.
Este problema no es nuevo. La falta de infraestructura vial básica afecta también la educación, el comercio local y la atención médica oportuna.
El clamor popular no es por lujo, sino por una necesidad urgente y justa. La población exige respeto y acción.
Un pedido que no puede esperar más
El caso de Bayacanes es solo un ejemplo de cómo las comunidades rurales deben resolver por sí mismas lo que el Estado debería garantizar.
Aunque la creatividad y el esfuerzo de los vecinos es admirable, no debería ser la norma. La improvisación no sustituye la infraestructura adecuada.
Cada día que pasa sin el puente, se pone en riesgo la vida de cientos de personas. La construcción debe comenzar de inmediato.
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