Psicóloga Miriam Fondeur llama a trabajar en salud mental de adolescentes

La psicóloga y terapeuta familiar, Miriam Fondeur, al mostrar preocupación por los hechos de violencia de los últimos días que involucran adolescentes, manifestó que existe necesidad de trabajar en la salud mental de los jóvenes.

Fondeur, explicó que en el país existe una alta tasa de menores de edad que están atravesando episodios depresivos, ansiedad, estrés postraumático, gran parte padece trastorno del sueño, por estar con las pantallas hasta altas horas de la madrugada, sin la debida supervisión de los padres. Por esto, aclaró la experta en conducta, es bueno practicar los límites.

La también encargada del Programa de la Persona Adolescente de la Ciudad Sanitaria, Luis Eduardo Aybar, no ve como el único motivo de la violencia en jóvenes, los malos ejemplos en los medios de comunicación, ya que según dijo, esto siempre ha existido. Entiende que es un deber de los padres explicar el porqué cierto tipo de contenido no es bueno.

Ante los hechos de violencia, ocurridos en los últimos días donde están involucrados jóvenes y menores de edad, expresó que un factor que influye en estas situaciones es la ausencia de los padres en la vida de sus hijos para poder identificar cualquier comportamiento inadecuado.

«Los padres se están dedicando a trabajar y a otro tipo de actividades, no conocen a sus hijos», indicó la psicóloga.

Expresó que en el país se maneja una alta tasa de divorcios, y los jóvenes en algún momento se han quedado solos en la etapa de la adolescencia, en la que están buscando una identidad y no la encuentran, quieren estar con papá y mamá, y no están ahí, por diversas razones.

Muchos de estos chicos comienzan a tener acceso fácil a las drogas, y como no tienen una figura de autoridad a quien imitar, buscan ser acogidos en esas bandas a las que llaman familia.

Expresó que existe una falta de control importante de los padres hacia los hijos, y que estos entienden que hay temas que nunca le van tocar la puerta. «Y nos estamos dando cuenta de que sí, a cualquiera le puede tocar la puerta».