Dary Terrero
El papa León XIV alzó su voz este domingo contra la escalada de violencia en Oriente Medio, instando a la comunidad internacional a actuar con urgencia para detener lo que definió como una tragedia inminente.
“Cada miembro de la comunidad internacional tiene una responsabilidad moral: detener la tragedia de la guerra antes de que se convierta en una vorágine irreparable”, proclamó el sumo pontífice desde el Vaticano.
La declaración fue realizada durante el tradicional rezo del Ángelus, ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, luego del reciente ataque aéreo de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán.
Llamado urgente ante la amenaza global
El líder de la Iglesia Católica expresó su “profunda preocupación” por las alarmantes noticias provenientes de la región, destacando que la creciente hostilidad entre Irán, Estados Unidos, Israel y Palestina podría desembocar en un conflicto generalizado que afecte al mundo entero.
Según explicó el papa León XIV, detener la guerra no solo es una obligación política, sino también un deber espiritual y ético ante el sufrimiento humano.
“Lo que está ocurriendo amenaza con invisibilizar el dolor cotidiano de millones de personas”, afirmó.
El sufrimiento en Gaza y otras regiones
El pontífice puso especial énfasis en la situación de Gaza, uno de los territorios más afectados por el conflicto armado.
Señaló que los enfrentamientos, bombardeos y bloqueos agravan las condiciones de vida, dejando a miles de familias sin acceso a alimentos, medicinas ni asistencia humanitaria.
“El pueblo de Gaza, como tantas otras poblaciones vulnerables en Oriente Medio, necesita con urgencia un apoyo humanitario adecuado, y no más violencia”, alertó el papa.
Preocupación por el rumbo de la humanidad
El papa León XIV advirtió que el curso actual que han tomado los gobiernos implicados en la confrontación bélica podría llevar a una “vorágine sin retorno”, cuyas consecuencias afectarían la paz global, los derechos humanos y la dignidad de millones.
En ese sentido, pidió a los líderes mundiales que renuncien al uso de la fuerza y opten por soluciones diplomáticas, apelando al diálogo, la mediación internacional y la paz como vías imprescindibles para evitar más sufrimiento.
Un llamado a la oración y la solidaridad
Antes de culminar su mensaje, el papa invitó a los fieles católicos y personas de buena voluntad a unirse en oración por la paz en Oriente Medio y en el mundo.
Subrayó que, además del esfuerzo diplomático, es esencial fortalecer la fe, la esperanza y el compromiso colectivo para aliviar las cargas de quienes padecen las consecuencias de la guerra.
“No permitamos que el ruido de las armas silencie el clamor de los inocentes. Que la compasión, la justicia y la verdad nos guíen hacia un futuro distinto”, concluyó.
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