Dary Terrero
A dos meses del colapso del techo en la discoteca Jet Set, que dejó 236 personas muertas, se celebró este domingo una misa conmemorativa encabezada por el padre Ramón Rogelio Cruz Fermín, quien aprovechó la ocasión para lanzar duras críticas contra las autoridades dominicanas por la falta de respuestas claras y acciones concretas en torno a la tragedia.
La eucaristía, realizada en un ambiente de profunda solemnidad y recogimiento, reunió a familiares de las víctimas, sobrevivientes, allegados y miembros de la comunidad cristiana que siguen esperando justicia y esclarecimiento de los hechos ocurridos el 8 de abril.
“Siguen llorando, siguen esperando”
Durante su homilía, el padre Rogelio denunció que las víctimas directas y sus familiares continúan abandonados emocional y legalmente, mientras los responsables aún no enfrentan las consecuencias.
“Es gente que sigue llorando, que no ha podido, por más terapias psicológicas que le den. Eso lo van a tener inscrito toda la vida, ahí en su mente, en su corazón”, expresó con visible indignación.
El sacerdote también señaló que el silencio de las instituciones ha sido ensordecedor y reclamó a las autoridades no solo investigar, sino actuar con transparencia, compasión y responsabilidad ante una tragedia que pudo evitarse.
Ausencia oficial aumenta el dolor
En la misa también se resaltó la ausencia de representantes del Gobierno y de los organismos competentes en el seguimiento del caso.
Para muchos de los presentes, esto representa un abandono institucional y una burla al dolor de cientos de familias que todavía no obtienen respuestas ni acompañamiento del Estado.
El sacerdote advirtió que el país no puede seguir acostumbrándose a tragedias sin consecuencias, y que el caso Jet Set debe marcar un antes y un después en la manera en que se gestionan los riesgos y se fiscalizan los espacios públicos de entretenimiento.
Llamado a una memoria activa
Rogelio Cruz hizo un llamado a la sociedad dominicana para mantener viva la memoria de las víctimas y no permitir que este caso quede impune. Insistió en que, más allá de las palabras y ceremonias, se requieren cambios profundos en la supervisión estatal, en la normativa de seguridad y en la cultura de impunidad que, según afirmó, impera en el país.
Al finalizar la misa, los asistentes encendieron velas en honor a los fallecidos, mientras algunas familias alzaban fotografías y pancartas con mensajes de exigencia a la justicia y recuerdo a sus seres queridos.
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