Internacionales.- El expresidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) se burló este jueves de su sucesor, Donald Trump, en un mitin en el que llegó a comparar sus largos discursos con los del fallecido líder cubano Fidel Castro y, en un tono más serio, lo acusó de «dividir» a Estados Unidos.
Obama, que sigue siendo una de las figuras más populares del Partido Demócrata, fue recibido con una estruendosa ovación en un abarrotado campus universitario de Pittsburgh, en el crucial estado de Pensilvania, territorio decisivo para que la vicepresidenta Kamala Harris derrote a Trump en los comicios del 5 de noviembre.
Con ironía y entre carcajadas, el expresidente describió a Trump como un multimillonario narcisista y fanfarrón de 78 años, que no ha cesado de «quejarse de sus problemas» desde que en junio de 2015 anunció su candidatura a la Casa Blanca.
«Con Trump, lo que tenemos son mensajes en X, todos en mayúsculas, diatribas y desvaríos sobre descabelladas teorías conspirativas, discursos interminables, una ensalada de palabras… Es como Fidel Castro, hablando sin parar», afirmó Obama, arrancando una sonora ovación entre los asistentes.
El exmandatario también se burló de la faceta comercial de Trump, quien «constantemente» intenta vender artículos a sus seguidores, desde unas zapatillas doradas y un reloj de 100.000 dólares hasta una «Biblia Trump».
Trump y la política de la división
Obama alternó los ataques verbales con llamadas a la movilización electoral, instando al público a que «no abucheen, voten», su ya legendario lema de las campañas de 2016 y 2020. En los momentos más graves de su intervención, acusó al expresidente de sembrar la división con el único propósito de imponerse en las urnas.
«Donald Trump quiere que creamos que este país está irremediablemente dividido entre nosotros y ellos, entre los supuestos ‘verdaderos estadounidenses’ que le respaldan y quienes no lo hacen. Está convencido de que mantener a la gente dividida y enfurecida aumenta sus opciones electorales, sin importarle quién salga herido», arremetió Obama.
El exmandatario estableció un marcado contraste entre Trump y Harris, ensalzando los orígenes de clase media de la vicepresidenta y su trayectoria defendiendo a los ciudadanos como fiscal, además de sus valores, asegurando que «está tan cualificada para el cargo como cualquier otro aspirante a la Presidencia en la historia».
«No necesitamos otros cuatro años de arrogancia, incompetencia, bravuconería y división. Estados Unidos está preparado para pasar página. Estamos listos para una historia mejor, una que nos permita trabajar unidos en lugar de enfrentados. ¡Pensilvania, estamos listos para la presidenta Kamala Harris!», proclamó.
El voto masculino, clave en la contienda
Obama dedicó un segmento crucial de su intervención a apelar al electorado masculino, donde las encuestas revelan una ventaja de Trump, especialmente entre los jóvenes de la generación Z, los hispanos y los afroamericanos, colectivos donde el republicano ha logrado erosionar la tradicional hegemonía demócrata.
«Algunos hombres parecen interpretar el comportamiento agresivo y despectivo de Trump como una muestra de fortaleza, y estoy aquí para decirles que eso jamás ha sido una fortaleza», afirmó.
«La auténtica fortaleza reside en trabajar arduamente, en asumir responsabilidades sin quejarse, en decir la verdad aunque resulte incómoda. La verdadera fortaleza consiste en ayudar a quienes lo necesitan y defender a los que no pueden hacerlo por sí mismos. Eso es lo que deberíamos anhelar para nuestros hijos e hijas, y eso es lo que quiero ver en un presidente de Estados Unidos», subrayó.
Obama ha sido un firme valedor de Harris desde que esta se alzó con la candidatura demócrata, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, pusiera fin a su campaña a finales de julio, presionado por su propio partido tras una desastrosa actuación en un debate televisivo frente a Trump.
El expresidente y la exprimera dama Michelle ya pronunciaron apasionados discursos respaldando a Harris en la Convención Nacional Demócrata en agosto.
El mitin de hoy inaugura una serie de actos que el exmandatario protagonizará en las próximas semanas para movilizar al electorado. Se prevé que Michelle Obama, que goza de igual o mayor popularidad que su esposo, también participe en actos de campaña por Harris.
La relación entre Harris y Obama se remonta a 20 años atrás, cuando ella ejercía como fiscal de distrito en San Francisco y colaboró en la organización de un evento de recaudación para la entonces campaña de Obama por el Senado.
La vicepresidenta fue, además, una de las primeras en respaldar a Obama en su carrera presidencial de 2008 y participó como voluntaria de su campaña en Iowa.
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