Una investigación reciente de la Fundación Movilidad Vial Dominicana (Movido) ha encendido las alarmas en torno al uso de menores de edad en servicios de entrega a domicilio en motocicleta.
El estudio, realizado en 45 colmados del Distrito Nacional, revela que una parte considerable del personal de delivery son adolescentes entre los 12 y 18 años.
Niñez en riesgo sobre dos ruedas
El hallazgo pone en evidencia una práctica generalizada que vulnera los derechos de la infancia.
Muchos de estos menores se ven expuestos a peligros del tránsito sin contar con la protección adecuada.
El uso de motocicletas por parte de menores no solo es ilegal, sino también riesgoso para su salud y seguridad.
Además, representa una violación directa a las normas de tránsito y a las leyes laborales del país.
Una práctica que crece sin control
Los datos recopilados por Movido evidencian una tendencia creciente en el empleo de adolescentes como repartidores.
Según testimonios obtenidos por la fundación, en muchos casos los propios colmaderos prefieren contratar jóvenes por ser más baratos y manejables.
Esto ha creado un patrón de explotación laboral donde el menor es visto como una solución económica.
Las jornadas extensas, la presión para entregar rápido y la exposición constante al tráfico agravan la situación.
Carencia de licencias y protección
Una de las principales preocupaciones señaladas por el informe es la falta de licencias de conducir entre los jóvenes repartidores.
Al no cumplir con los requisitos legales, estos adolescentes operan al margen del sistema regulatorio.
También es común que no porten casco o protección básica durante los desplazamientos.
Esta falta de equipo de seguridad incrementa las probabilidades de sufrir accidentes graves.
Motivos detrás del fenómeno
La realidad económica empuja a muchos adolescentes a trabajar desde temprana edad.
En sectores vulnerables del Distrito Nacional, el delivery se convierte en una de las pocas fuentes de ingreso rápido.
A menudo, los padres están al tanto de la actividad, pero no ven otra opción ante la necesidad de sobrevivir.
Esto refleja una falla en las políticas públicas de protección infantil y desarrollo social.
Llamado a la acción institucional
Movido ha exhortado a las autoridades a actuar con urgencia frente a este fenómeno.
Sugieren intensificar los operativos de fiscalización en colmados y reforzar las campañas de concientización.
Asimismo, piden mayores controles en la emisión de licencias y en el uso obligatorio de cascos.
La fundación también propone crear alternativas de formación y empleo para jóvenes en situación de riesgo.
Educación y prevención: claves del cambio
Frente a este panorama, los expertos señalan que la solución va más allá de la represión.
La educación vial desde temprana edad y el fortalecimiento de las oportunidades educativas pueden marcar la diferencia.
Es fundamental que las escuelas, comunidades y autoridades trabajen juntas para erradicar esta práctica.
La prevención debe convertirse en el eje central de una estrategia integral que proteja a la niñez dominicana.
Un problema que trasciende el tránsito
Más allá de la movilidad, el uso de menores como repartidores refleja profundas desigualdades sociales.
Atender esta realidad requiere voluntad política, recursos e inversión en programas de apoyo familiar.
Mientras no se aborden las causas estructurales, muchos adolescentes seguirán expuestos a esta forma de trabajo riesgoso.
La seguridad vial debe incluir a todos, especialmente a quienes aún no tienen edad legal para conducir.
–MÁS
Agregar comentario