Dary Terrero
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” – Filipenses 4:13
Santo Domingo. – En medio del profundo dolor por la ausencia física de su hija Alexandra, Melba decidió rendirle tributo este domingo con un emotivo mensaje cargado de fe, gratitud y amor maternal.
Lo que solía ser una celebración familiar organizada al detalle por Alexandra, este año continuará tal como ella lo había planeado antes de partir, como una forma de mantener vivo su espíritu y honrar la conexión irrompible entre madre e hija.
“Todo quedará igual”, escribió Melba, con el corazón lleno de memorias y convicción.
Según cuenta, Alexandra era la mente maestra detrás de los preparativos del Día de las Madres, ocultando cada detalle para sorprender a las tres mujeres que la inspiraban: su madre Melba, su abuela Petra y su “otra madre”, Arelis, madre de su esposo Eduardo.
“Hacías lo imposible para que nunca nos enteráramos de los preparativos que minuciosamente organizabas”, expresó Melba en el mensaje que compartió este domingo, acompañado de una cita bíblica que resume su fortaleza: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Celebración fiel a su memoria
Este año, la familia decidió no cambiar ni un solo plan de los que Alexandra dejó listos. Se hará el tradicional BBQ en casa de Diana, con la carne ya pedida por Alexandra y los invitados que ella misma seleccionó: tíos, primos, sobrinos y demás seres queridos que solían compartir juntos ese día tan especial.
Melba, con palabras que calan el alma, dejó claro que aunque su hija ya no está físicamente, su esencia sigue presente en cada rincón, en cada gesto y en cada tradición.
“Antes vivías con nosotras —tu madre, tu abuela, tu madre Arelis—, y ahora, vives dentro de nosotras.”
En cada línea, la madre revela la hondura del lazo que las unía, describiéndola como su “niña de los ojos” y resaltando su carácter firme, heredado de su linaje paterno, que chocaba con los intentos de su madre y abuelas de modificar sus planes.
El mensaje no solo revela el carácter alegre y entregado de Alexandra, sino también el temple con que su familia ha decidido celebrar su vida, aún en medio del dolor. En palabras de Melba, el amor no muere, simplemente se transforma y encuentra nuevas formas de manifestarse, incluso en la ausencia.
Un amor que trasciende el tiempo
Con esta carta abierta, Melba invita a todos a recordar que el Día de las Madres no es solo una fecha para regalar flores, sino para abrazar las memorias, fortalecer los lazos y agradecer por los amores eternos.
Texto íntegro de Melba a Alexandra:
Para la niña de mis ojos en el Día de las Madres
El afán de celebrar el Día de las Madres contigo siempre es como un juego a las escondidas, intenso, misterioso, sorpresivo y feliz al mismo tiempo.
Hacías lo imposible para que nunca nos enteráramos de los preparativos que minuciosamente organizabas, porque las homenajeadas —en primer lugar yo, luego abuela Petra y tu otra madre Arelis, la madre de Eduardo— podíamos tumbarte el pulso si queríamos cambiar algo.
Al fin y al cabo, la fiesta es nuestra y eso nos da el derecho a decidir y cambiar; además, ya sabemos que no hay fuerza terrenal capaz de vencer la voluntad de una madre.
Saber que había esa brechita para nosotras tomar el control era algo que no cuadraba con tu apellido paterno.
Como siempre, este domingo 25 está todo arreglado, y en tu nombre todo seguirá así, como lo tenías dispuesto.
Vamos a hacer el BBQ en casa de Diana con la carne del pedido que dejaste ordenado, y estarán todos los que tenías en tu lista de invitados: tus tíos, tus primos, sobrinos, en fin, todos.
Las palabras divinas me sirven de inspiración para decirte que antes vivías con nosotras —tu madre, tu abuela, tu madre Arelis—, y ahora, vives dentro de nosotras.
Te amo, mi peque querida.
«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.»
Filipenses 4:13
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