A dos meses del fallecimiento de Alexandra Grullón, víctima del colapso del techo en la discoteca Jet Set, su familia ha decidido transformar el dolor en una causa solidaria.
La joven, que había contraído matrimonio con Eduardo hace apenas un año, será recordada con un proyecto que busca apoyar a estudiantes con sueños y compromiso social.

Se trata del Fondo Académico y Cultural Alexandra Grullón, una iniciativa que nace desde la fe y el deseo de servir, destinada a brindar oportunidades de estudio a jóvenes dominicanos de escasos recursos y con vocación por el bien común.
Una causa con sentido humano

El fondo operará en alianza con centros educativos a nivel nacional, los cuales tendrán la responsabilidad de identificar a los candidatos que cumplan con los criterios del programa.
Se dará prioridad a estudiantes con limitaciones económicas, y de forma especial, a aquellos que perdieron familiares en la tragedia del 8 de abril.
Además de la ayuda financiera para estudios universitarios, el fondo respaldará actividades culturales, ampliando así el legado de Alexandra en áreas clave para el desarrollo del país.

La familia ha expresado que este proyecto busca honrar la vida de una mujer que soñaba con un país más justo, más preparado y con oportunidades reales para todos.
Estructura y futuro del programa
Ya se ha conformado un Comité Gestor, encargado de los trámites legales y la estructura institucional que dará soporte al fondo.
En las próximas semanas, se espera anunciar formalmente el inicio del proceso de aplicación y otorgamiento de las primeras becas, una meta que pretende cumplirse en el menor tiempo posible.
La iniciativa no solo representa una forma de canalizar el luto, sino también una respuesta concreta a una tragedia que conmovió a toda la nación.
La muerte de Alexandra Grullón se convirtió en símbolo de una pérdida colectiva, y ahora, también en motor de esperanza para decenas de jóvenes.
Fe, gratitud y servicio
Desde su círculo más cercano, se ha expresado que la creación del fondo ha sido una decisión guiada por la oración y la fe.
“Mi vida es servir. Le doy gracias a Dios por darme fuerzas, porque las propias no me alcanzan”, afirmó la persona que encabeza esta iniciativa, haciendo alusión al momento espiritual que atraviesa.
En medio del aniversario de bodas de Alexandra y Eduardo, el proyecto cobra aún más valor. Con este gesto, el amor de quienes la conocieron se convierte en acción concreta para transformar otras vidas.
La tragedia no se olvida, pero tampoco detiene la voluntad de sembrar algo positivo desde el dolor.
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