Opinión.- La diplomacia internacional atraviesa un momento crítico. Emmanuel Macron, presidente de Francia, instó este martes a Vladímir Putin a “entrar en razón” frente a la nueva doctrina del Kremlin que contempla el uso de armas nucleares en caso de ataques convencionales que pongan en peligro la soberanía de Rusia o Bielorrusia. Este giro estratégico tiene implicaciones profundas no solo para Europa, sino también para América Latina y el Caribe, incluida la República Dominicana.
La doctrina nuclear rusa eleva el nivel de tensión mundial, reavivando los fantasmas de una guerra fría en un contexto global ya marcado por la incertidumbre económica, las crisis humanitarias y los desafíos climáticos. Aunque República Dominicana no forma parte del epicentro de este conflicto, las repercusiones de una escalada nuclear o de una intensificación de la militarización mundial serían inevitables.
La economía como primera víctima
En un país como el nuestro, que depende en gran medida del comercio y del turismo internacional, una crisis de esta magnitud podría golpear severamente. Un conflicto nuclear desestabilizaría los mercados energéticos, afectando directamente los precios del petróleo y la electricidad. Esto se traduciría en un aumento del costo de vida y en la ralentización del crecimiento económico.
Impacto en la seguridad alimentaria
Por otro lado, la interrupción de las cadenas de suministro globales debido a sanciones o conflictos militares ampliaría las brechas alimentarias en países en desarrollo como el nuestro. Los precios de productos básicos podrían dispararse, afectando principalmente a los sectores más vulnerables.
El papel de la diplomacia dominicana
República Dominicana, como miembro de organizaciones internacionales como la ONU y el SICA, tiene la responsabilidad de alzar la voz por la paz y la estabilidad global. Sin embargo, este escenario también pone a prueba la capacidad de nuestra diplomacia para posicionarse estratégicamente en un contexto en el que las potencias mundiales redefinen alianzas y adversidades.
Reflexión final
La advertencia de Macron a Putin no es solo un llamado a la prudencia, sino un recordatorio de que las decisiones de las grandes potencias repercuten en todos los rincones del mundo, incluso en nuestra isla caribeña. República Dominicana debe estar preparada para enfrentar los desafíos derivados de este contexto, reforzando su seguridad económica, alimentaria y diplomática.
El panorama exige unidad y previsión, pues, aunque los misiles no alcancen nuestras costas, las ondas expansivas de la incertidumbre global podrían transformar nuestra realidad de maneras impredecibles.
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