Dary Terrero
En la República Dominicana, los baños en muchas instituciones públicas enfrentan un serio problema de deterioro.
La obsolescencia, el incumplimiento de los estándares sanitarios y la mala imagen son los tres principales factores que destacan en el análisis de estos espacios.
Las instituciones públicas, usadas diariamente por cientos de personas, presentan una alarmante falta de mantenimiento. A continuación, algunos ejemplos ilustrativos.
Situación en Universidades y Ministerios
La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ha lidiado con este problema durante años.
En su campus, los baños exteriores muestran una fachada aceptable, pero el interior revela una situación preocupante.
Las paredes deterioradas y los inodoros en mal estado ponen en riesgo la seguridad y la salud de los estudiantes.
En el Palacio de la Policía Nacional, la situación también es desalentadora. Los baños presentan suciedad visible, especialmente en la zona de los lavamanos.
Los soportes de papel higiénico se encuentran en mal estado y el ambiente general refleja una notable falta de cuidado.
El Ministerio de Trabajo enfrenta un escenario similar. Sus baños públicos tienen problemas severos, como puertas rotas, utensilios de limpieza sucios y cerámica en mal estado.
La falta de mantenimiento ha llevado a situaciones incómodas para los empleados.
Otros Casos de Deterioro
La Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, aunque mejor que otros lugares, muestra signos de decadencia.
Las instalaciones presentan un techo deteriorado y una señalización en braille parcial, que podría dificultar el acceso para personas con discapacidad.
El Instituto Postal Dominicano (Inposdom) destaca por su estado deplorable. Sus baños presentan suelos sucios, mármoles desgastados y dispensadores sin papel
. El secador de manos, además de ser antiguo, está lleno de óxido.
Estos problemas reflejan una falta general de cuidado y mantenimiento en los baños de las instituciones públicas, que deberían servir con dignidad a los ciudadanos que los utilizan.
La necesidad de reformas urgentes es evidente para mejorar las condiciones sanitarias y la imagen pública de estas instituciones.
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