En una inusual entrevista desde prisión, Umm Hudaifa, una de las viudas del líder de Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Baghdadi, ha compartido detalles sobre su vida junto a uno de los hombres más buscados del mundo. Actualmente detenida en una cárcel iraquí, Hudaifa enfrenta acusaciones por crímenes relacionados con terrorismo.
En el verano de 2014, mientras vivía con su esposo en Raqqa, un bastión de EI en Siria, Abu Bakr al Baghdadi pasó gran parte de su tiempo fuera de casa. En una ocasión, envió a un guardia para llevarse a dos de sus jóvenes hijos, supuestamente para enseñarles a nadar. Días después, Hudaifa vio a su esposo en televisión, dando un discurso en la Gran Mezquita de al Nuri en Mosul, Irak, donde se presentó por primera vez como líder del autodenominado califato islámico.
Desde su celda en Bagdad, Hudaifa describe cómo se sintió al enterarse de que sus hijos estaban en Mosul y no aprendiendo a nadar en el Éufrates. Relata cómo estuvo aislada del mundo desde 2007, sin acceso a televisión o teléfonos móviles, y su sorpresa al descubrir la verdadera identidad y actividades de su esposo.
Nacida en 1976 en una familia iraquí conservadora, Umm Hudaifa se casó con Ibrahim Awad al Badri (conocido posteriormente como Abu Bakr al Baghdadi) en 1999. Describe a su esposo como un hombre religioso pero no extremista en ese momento. Sin embargo, tras su detención por las fuerzas estadounidenses en 2004 y su tiempo en el Campamento Bucca, al Baghdadi se volvió más extremista y psicológicamente afectado, según Hudaifa.
Con el tiempo, Hudaifa descubrió que su esposo estaba profundamente involucrado con grupos yihadistas. En 2010, al Baghdadi se convirtió en el líder de Estado Islámico en Irak, y en 2012, la familia se mudó a Idlib, Siria, donde Hudaifa se dio cuenta de que él era el emir de EI.
Durante su tiempo en Raqqa, la capital de facto del califato de EI, Hudaifa describe su vida bajo el régimen brutal de su esposo. Afirma haber intentado escapar en varias ocasiones, pero siempre fue detenida y devuelta. Además, se enfrentó a la difícil situación de ver cómo su esposo daba en matrimonio a su hija de 12 años y cómo llegaban niñas y mujeres yazidíes esclavizadas a su hogar.
El secuestro y la esclavización de mujeres y niñas yazidíes por EI es uno de los aspectos más atroces del grupo. Umm Hudaifa es acusada de complicidad en estos crímenes, aunque ella niega cualquier participación y se presenta como una víctima impotente. Las familias de las víctimas, sin embargo, la consideran responsable y piden la pena de muerte.
Hudaifa también reveló haber conocido brevemente a Kayla Mueller, una trabajadora humanitaria estadounidense secuestrada y asesinada por EI. La entrevista ofrece una visión desgarradora de la vida bajo el yugo de uno de los grupos terroristas más notorios del mundo y plantea preguntas sobre el papel de las mujeres vinculadas a estos líderes.
A medida que Hudaifa espera los resultados de la investigación en su contra, su historia resalta las complejidades y horrores de la vida dentro del Estado Islámico, dejando un legado de dolor y sufrimiento que continúa afectando a muchas familias en Irak y Siria.
Agregar comentario