Por: América Pérez (Magíster en Diplomacia y Derecho Internacional)
La ex canciller haitiana Dupuy Dominique se ha destacado por ser una figura central en las tensiones diplomáticas entre Haití y la República Dominicana. Su discurso, a menudo cargado de críticas hacia las políticas migratorias dominicanas y las acciones del gobierno, ha puesto de relieve las históricas diferencias entre ambas naciones. Aunque su intención pareciera ser la de fortalecer la posición de Haití en la región, sus declaraciones en múltiples foros internacionales han tenido un efecto contrario, dificultando un diálogo efectivo y perpetuando un clima de desconfianza.
En varias ocasiones, Dupuy Dominique acusó a la República Dominicana de llevar a cabo prácticas discriminatorias contra los inmigrantes haitianos, llegando incluso a calificarlas como violaciones a los derechos humanos. Estas afirmaciones, hechas en espacios como la ONU y la OEA, causaron indignación en sectores políticos y sociales dominicanos, que interpretaron estas palabras como un ataque directo a la soberanía del país. Si bien su labor como canciller buscaba defender a los haitianos en el exterior, su enfoque beligerante ignoró la necesidad de trabajar en conjunto para solucionar problemas comunes, como la migración irregular, el comercio fronterizo y la crisis humanitaria.
Es evidente que Dupuy Dominique representaba un sector del liderazgo haitiano que optó por la confrontación en lugar de la cooperación. Este enfoque, aunque válido desde una perspectiva de defensa nacional, no logró ningún avance tangible en las relaciones bilaterales. Por el contrario, sus discursos polarizaron más a las sociedades de ambos países, fortaleciendo narrativas nacionalistas en República Dominicana y dejando a Haití en una posición de aislamiento en momentos críticos. Además, su insistencia en buscar apoyo exclusivamente en organismos internacionales debilitó la posibilidad de crear alianzas estratégicas con el vecino del Este, cuyo desarrollo está intrínsecamente ligado al de Haití.
Hoy más que nunca, Haití necesita liderazgos capaces de construir puentes en lugar de levantar barreras. Si bien es justo y necesario denunciar cualquier irregularidad, también lo es reconocer que solo el diálogo y la cooperación pueden garantizar soluciones sostenibles. Dupuy Dominique tuvo la oportunidad de abrir un nuevo capítulo en las relaciones con República Dominicana, pero eligió perpetuar el conflicto. Es momento de que ambos países miren hacia adelante, dejando atrás las diferencias históricas y trabajando juntos por un futuro de progreso compartido.
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