Dary Terrero
El presidente de la República firmó el decreto 288-25 que declara Héroe Nacional a Juan Rodríguez García, mejor conocido como Juancito Rodríguez, por su entrega total a la causa de la libertad y su papel clave en la lucha contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
El reconocimiento oficial honra a un hombre que no solo enfrentó al régimen con valentía, sino que sacrificó su fortuna, su familia y su tranquilidad en nombre de la democracia dominicana.
Una vida de trabajo y compromiso
Nacido en 1886 en Estancia Nueva, Moca, con el nombre de Simón Rodríguez García, Juancito se crio en un hogar humilde.
Su padre murió cuando él era niño, lo que llevó a su familia a mudarse a Barranca, en La Vega. Allí se convirtió en un próspero agricultor y ganadero, reconocido por desarrollar una de las haciendas más exitosas del Caribe.
Su riqueza no le impidió ver el sufrimiento de su pueblo. Cuando Trujillo asumió el poder, Juancito comenzó a tomar posición.
Pese a haber ocupado cargos legislativos, su verdadero activismo comenzó cuando el régimen atentó contra su propiedad, sus trabajadores y su familia.
El exilio y la lucha desde el exterior
En 1946, Rodríguez se exilió en Cuba, donde se convirtió en un símbolo de la resistencia dominicana en el extranjero.
Vendió sus tierras y utilizó todo su capital para apoyar expediciones armadas contra Trujillo. Financia la expedición de Cayo Confite en 1947, la de Luperón en 1949 y, más adelante, apoya la del 14 de junio de 1959.
Esa última gesta le costó la vida de su hijo primogénito, José Horacio Rodríguez, quien murió luchando por la libertad.
Juancito nunca regresó a su país. Falleció en La Habana el 19 de noviembre de 1960, pocos meses antes del ajusticiamiento del dictador.
Reconocimiento a un legado heroico
Este decreto, considerado una deuda pendiente por amplios sectores de la sociedad, reivindica la figura de un hombre que renunció a todo por el bienestar del país.
Juancito representa el arquetipo del dominicano que pone su patria por encima de sus intereses personales.
Su hija, Pucha Rodríguez, también formó parte de la resistencia y luchó incansablemente para que la historia reconociera el valor de su padre.
En sus memorias, escribió con firmeza: “¿Cuál otro entregó toda su fortuna y la vida de su hijo primero, con el fin de derrocar la dictadura?”
El presidente declaró que “al declarar Héroe Nacional a Juancito Rodríguez, honramos también a todos aquellos que ofrendaron su bienestar, su vida y su legado por el sueño de una patria libre, democrática y justa.
Hoy reivindicamos su memoria para que nunca más el olvido sea el destino de nuestros verdaderos héroes.”
Inspiración para las nuevas generaciones
Los restos de Juancito Rodríguez reposan en el cementerio municipal de Moca, junto a los de su hija.
La designación como Héroe Nacional busca servir de inspiración para las nuevas generaciones, promoviendo el estudio de su historia y el reconocimiento del sacrificio que permitió construir una democracia.
El acto de justicia contenido en este decreto fortalece la identidad nacional y rinde tributo a quienes lucharon desde la dignidad, la ética y el coraje.
Juancito Rodríguez no solo fue un agricultor próspero ni un político ocasional: fue un símbolo de entrega patriótica y de fe inquebrantable en un país libre.
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