A propósito de la serie final de la NBA 2023-2024 en la que el dominicano Al Horford regresa, siendo el único dominicano que ha jugado en esta etapa del mejor baloncesto del mundo, les invitamos a conocerlo desde la mirada de su madre, la periodista Arelis Reynoso.
Inicios y Sueños
Lo primero es que Al Horford se hizo un plan de vida que él mismo diseñó. A la edad de nueve años, asistió a un campamento de baloncesto en Miami, donde los coaches de la Universidad de Miami eran los directores.
Yo los había conocido, y me enteré de una referencia interesante de que ellos tenían un campamento para niños de 9 a 14 años. Llevé a Alfred Joel allá y estuvo yendo como por tres años.
Cuando un niño de esa edad te dice que va a ser NBA, por más buen padre o buena madre que tú seas, te lo está diciendo un niño, yo nunca pensé que eso fuera a pasar.
También es interesante resaltar que yo soñaba con que él jugara a béisbol. Tenía todo, sus spikes, su uniforme, estaba en una liga, pero me dijo, como tú me has acostumbrado, a los seis años: “Nada se deja por mitad, cuando uno comienza algo hay que terminarlo. Voy a terminar la temporada e inmediatamente quiero que me busques una academia porque yo quiero aprender a jugar baloncesto”.
“Me dice, ‘mami, discúlpame’, él siempre ha sido muy maduro para su edad y era bien caballeroso, bien gentil a esa edad. Entonces me dijo, ‘tú no me has cumplido lo que me prometiste, buscarme la academia’. Y comencé a explorar y me encontré con la academia de Leandro de la Cruz”.
El Compromiso con el Baloncesto
Lo inscribí, y su primera entrenadora fue Teresa Duran. Teresa me dice que en toda su experiencia tratando con niños, nunca había visto a esa edad un muchacho coger un pedacito de tiza y escribir las jugadas y las estrategias. ¿Quién le había enseñado eso?
Entonces, mis palabras fueron textuales, “si vas a jugar otro deporte que no sea el béisbol, me vas a tener que demostrar que valió la pena no practicar la pelota y sí el baloncesto”. Entonces me dijo, “escríbelo porque así va a ser”. Pasó un tiempo en la escuela, en el Colegio de La Salle, él comenzó en el cuarto de primaria hasta octavo.
El Plan en EE.UU.
El plan había sido que en la escuela secundaria él iba a venir a los Estados Unidos. Como su papá vivía aquí y había formado una familia, porque cuando Tito y yo nos divorciamos, yo me quedé con la custodia de mi hijo y lo único que hice fue criarlo, educarlo y darle toda la felicidad, todas las alegrías pertinentes para un niño de esa edad.
Cuando él entra el primer día de clase en La Salle, me dice: “Mami, llega a la casa, yo no estoy en cuarto yo estoy en quinto, ¿qué pasó?” Sí, yo estoy en quinto, al otro día corriendo, tú sabes que antes uno no mandaba correo electrónico rara vez uno llamaba, entonces voy a la escuela a saber lo que había pasado y la señora me explicó que como lo vieron tan alto le dieron un examen de quinto o sea que él en tercero de primaria para pasar a cuarto recibió un examen de quinto grado, pero yo le dije que no, no me interesaba que lo subieran de curso y les expliqué que su educación inicial había sido en inglés y yo estaba enfocada en que él viviera todas sus etapas y que afianzara el idioma español que lo comenzó prácticamente de lleno en la escuela justo en tercero de primaria, o sea que para mí también fue bien responsable de asumir todas las etapas de su vida y ha sido una bendición Alfred Joel.
La Partida a EE.UU.
Llegó la hora de la partida, no se lo dije a nadie de mi familia porque yo sabía que me iban a criticar y no iban a entender el plan de vida que mi hijo había diseñado para él y que yo quería apoyar. Él quería venir a hacer sus estudios secundarios para tener una beca universitaria y jugar a ese nivel universitario porque su sueño era estar en la NBA.
Entendí el concepto de vida que él tenía que pasar, porque los hijos uno los tiene que dejar volar. Nosotros somos sus padres, pero no para estar con ellos eternamente. Entonces si a mí me pasaba algo, Alfred Joel no se iba a quedar en República Dominicana. Su sueño era estudiar antropología, por lo tanto, si no hubiéramos quedado en el país, él hubiese sido un antropólogo.
El Draft 2007
En 2007, en el Madison Square Garden, pudimos ver que el número uno era Greg Oden, el número dos era Kevin Durant y el número tres era mi hijo. Histórico para nuestro país, porque no había ningún jugador latinoamericano que hubiera tenido esa posición en un draft.
Con Atlanta
Alfred Joel fue seleccionado por los Atlanta Hawks. Desde el primer día recuerdo que su primer partido fue contra Dallas y Dirk Nowinski. Al final corrí, corrí y lo alcancé.
Me presenté ante él, soy la madre de AL. Cuéntame, estoy muy entusiasmada con su primer juego, ¿qué opinas? Y me dijo, bueno señora, felicidades. Estoy frente a un joven que llegó, y de novato, ni siquiera tiene la letra N. Va a ser un gran jugador, va a durar muchos años en la liga.
Preparación y Fe
Alfred Joel cuida su cuerpo de una manera impresionante. Tiene su entrenador personal de baloncesto, tiene un chef que está siete días a la semana al pendiente de equilibrar su dieta. Hace ejercicio todos los días.
Con la Selección Dominicana
Participó en cinco ocasiones con la selección dominicana de baloncesto. Confieso que nunca quise que lo hiciera porque dije mucho esfuerzo, tanto sacrificio, tanto esfuerzo.
Filantropía y Familia
AL siempre está atento. Es solo que ya tiene una familia, ya sabes, es un poco difícil poder terminar una temporada y decir, aparte de compartir con su familia, voy a hacer esto. Todo lo que ha dado y ha hecho, lo pueden decir sus propios compañeros de la selección.
Hoy, Al Horford sigue siendo un gigante no solo en la cancha, sino también fuera de ella, llevando consigo la disciplina, los valores y la humildad que su madre, Arelis Reynoso, inculcó desde temprana edad.
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