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Hepatitis B y C aumentan capacidad de convertirse en crónicas

La hepatitis es una inflamación del hígado que puede causar múltiples problemas de salud, e incluso, ser mortal, destacándose cinco cepas: A, B, C, D, y E, que si bien todas causan enfermedad hepática, se diferencian en los modos de transmisión, la gravedad de la enfermedad, la distribución geográfica y los métodos de prevención.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los tipos B y C provocan enfermedad crónica en cientos de millones de personas y, en su conjunto, son la causa más común de defunciones relacionadas con cirrosis hepática, cáncer y hepatitis viral. Estos virus se transmiten a través de la sangre, el semen u otros fluidos corporales.

Se estima que, en todo el mundo, 325 millones de personas sufren hepatitis B o C, y para la mayoría de ellas, las pruebas y el tratamiento siguen siendo inaccesibles. Nigeria, Indonesia, China, Angola y Níger suman el 56.5 % de todas las infecciones en niños menores de cinco años.

La entidad destaca que, tres de cada cuatro personas con hepatitis C no saben que están infectadas. El riesgo de desarrollar cirrosis, fallo hepático o carcinoma hepatocelular (CHC) en pacientes con hepatitis crónica tipo B es del 15 al 40 %.

El Ministerio de Salud Pública, a través del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, registra que, para el año 2023, en República Dominicana se reportaron 1,724 casos de hepatitis B y 1,001 casos de hepatitis C. Asimismo, fueron reportados 557 nacidos de madres con hepatitis B.

El grupo de edad más afectado es el de 60 años o más, en pacientes de sexo femenino.

Vacunación

Algunos tipos de hepatitis son prevenibles mediante vacunación. Un estudio de la OMS determinó que de aquí al año 2030 se podrían prevenir unos 4.5 millones de defunciones prematuras en países de ingresos bajos y medianos, mediante vacunación, pruebas de diagnóstico, medicamentos y campañas de educación.

La estrategia mundial de la OMS contra las hepatitis tiene por objetivo reducir en un 90 % las nuevas infecciones y en un 65 % las defunciones por hepatitis entre 2016 y 2030.

En cumplimiento a la recomendación de la OMS, está contemplado en el esquema nacional de vacunación la aplicación de la vacuna contra hepatitis B a los recién nacidos, seguida de tres dosis durante el primer año de vida, para reducir la transmisión perinatal y temprana durante la niñez, con el objetivo de lograr su eliminación.

Desde el Programa de Prevención de las Hepatitis del Ministerio de Salud Pública se ha elaborado un cronograma conjunto con la Dirección de Inmunoprevenibles por Vacunas, de jornadas de vacunación dirigidas a estudiantes de Escuelas de Ciencias de la Salud y al personal que labora en los centros de salud que, por alguna razón, no hayan recibido sus dosis o estén incompletas.

También se vacunan poblaciones de alto riesgo, como pacientes que requieren transfusiones de sangre, personas con VIH y personas que usan drogas inyectables.

A pesar de todos los avances realizados en el control de la infección por el virus de Hepatitis B, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los estados Unidos (CDC) consideran que las hepatitis virales y sus complicaciones son la séptima causa de muerte a nivel mundial.

Tratamiento

Para el tratamiento de la enfermedad, Salud Pública incluye medicamentos antivirales efectivos, garantizando que las personas diagnosticadas con hepatitis B y C, reciban el tratamiento y no deriven en complicaciones graves como la cirrosis o el cáncer de hígado.

En total, las cinco Unidades de Hígado existentes en la red pública reportan alrededor de 650 pacientes que están tomando actualmente su tratamiento para la Hepatitis B.

 

 

Dary Terrero

Dary Terrero. Comunicaciones, Medio de Comunicación