Nueve meses han pasado desde que el presidente Luis Abinader anunció, durante su espacio LA Semanal, un plan de reestructuración institucional que incluía la fusión de ministerios, absorción de direcciones y la eliminación de varias entidades.
Sin embargo, el panorama en las instituciones señaladas dista mucho de aquel objetivo. La incertidumbre domina el ambiente en los organismos involucrados, y hasta la fecha no se ha concretado ninguna de las medidas anunciadas.
Trabajadores, directivos y asesores consultados aseguran que no han recibido lineamientos claros sobre el proceso. Tampoco se han establecido fechas concretas para los cambios ni se conocen los mecanismos con los que se ejecutará la transformación.
El anuncio presidencial
En agosto del año pasado, el mandatario informó que cuatro ministerios serían fusionados como parte de un plan para reducir gastos y mejorar la eficiencia del Estado.
Además, comunicó que algunas direcciones generales pasarían a formar parte de otras dependencias. También dijo que siete entidades serían completamente eliminadas por considerarlas redundantes o innecesarias.
La noticia generó expectativas en distintos sectores, especialmente en aquellos que desde hace años abogan por una reforma profunda de la administración pública.
Sin cronograma ni ejecución
Pese al impacto del anuncio, en la práctica no se ha materializado ninguna fusión, absorción ni eliminación. Los empleados de las instituciones involucradas continúan sus labores sin saber qué ocurrirá con sus funciones o con sus empleos.
Uno de los ministerios supuestamente implicados no ha recibido ni siquiera una comunicación oficial sobre su inclusión en el proceso. Según una fuente interna, la única señal de cambio fue una reunión informal hace meses.
Otro alto funcionario expresó su desconcierto al señalar que la reforma parece haberse quedado en palabras. “No tenemos directrices. No hay un plan técnico. Todo está paralizado”, indicó.
Temor entre los empleados
La falta de información ha generado temor entre los servidores públicos. Muchos temen despidos masivos, reducción de beneficios o ser trasladados a instituciones con condiciones laborales distintas.
Algunos empleados han comenzado a buscar otras oportunidades por miedo a quedar fuera del sistema sin previo aviso. Otros han optado por guardar silencio para no correr riesgos innecesarios.
“El ambiente es tenso. No sabemos si mañana nos van a cerrar la oficina o si simplemente nos van a llamar para firmar una cancelación”, comentó una trabajadora de una de las entidades en riesgo de eliminación.
Reacciones de expertos
Especialistas en administración pública señalan que una reestructuración de este tipo requiere planificación, transparencia y comunicación constante. Consideran que la incertidumbre actual es el resultado de una falta de coordinación interinstitucional.
El politólogo Ernesto Díaz opinó que el anuncio fue “políticamente atractivo”, pero que sin ejecución real solo genera desconfianza y pérdida de moral en el aparato estatal.
“La improvisación ha sido una constante en este proceso. No se puede transformar el Estado con declaraciones, hace falta gestión”, afirmó.
¿Qué se necesita para avanzar?
Según los expertos, el Gobierno debería presentar de inmediato un cronograma detallado, identificar responsables del proceso y garantizar la participación de los trabajadores.
Además, se recomienda establecer canales de comunicación claros y permanentes que permitan a los empleados conocer las etapas del proceso y el impacto directo en sus funciones.
También se sugiere realizar una auditoría de las instituciones implicadas para definir con precisión cuáles son redundantes y cuáles pueden ser integradas sin afectar el servicio al ciudadano.
Mientras tanto, incertidumbre
A falta de información oficial, el día a día en estas entidades se llena de rumores, especulaciones y reuniones informales que solo aumentan la ansiedad de los empleados.
La ciudadanía, por su parte, aún espera resultados concretos del anuncio presidencial, que prometía eficiencia y ahorro para el Estado.
Sin acciones claras ni liderazgo visible, el proceso de fusión y eliminación de instituciones públicas parece haber quedado en pausa.
–MÁS
Agregar comentario