Por: Joel Suero
Próximo a la época en la que Roma dio el salto de ser una República para convertirse en un imperio, Quinto Horacio Flaco con sus elegantes versos se destacó como uno de los principales poetas reflexivos de entonces y, entre una que otras frases se destacó de él la que reza “el tiempo saca a luz todo lo que está oculto y encubre y esconde lo que ahora brilla con el más grande esplendor”.
La gestión de Venancio Alcántara Valdez al frente de la Dirección General de Migración, más tarde que nunca, significará en resultados reales un esquema de trabajo organizado que iba rindiendo sus frutos y que quizás por presiones propias de “esa papa caliente” (la entidad) no fueron percibidas en el tiempo inmediato.
Venancio trabajó enfocado en los aspectos que desde el primer momento ha demandado el modelo de Gobierno del presidente Luis Abinader que son transparencia y como propia del área en cuestión, de la mano al respeto de los Derechos Humanos.
No hubo incidente alguno que se presentara entre los agentes migratorios en cualquier rincón del país con algún ciudadano ilegal que no fuese resuelto en lo inmediato y, de ser necesario llevado a las instancias legales de lugar.
Se brindó especial atención al equipamiento de la institución, a la capacitación del personal, al mejoramiento salarial, al fortalecimiento tecnológico, a la labor social, a la ampliación de los operativos (los cuales iban más allá de los ilegales haitianos, abarcó todo ciudadano sin importar nacionalidad), al mejoramiento de las infraestructuras y posicionamiento en las mediciones gubernamentales.
Horacio Flaco se dedicó de lleno a la poesía y a servir al imperio romano, en cuerpo y alma, más Venancio, en el caso dominicano actual que nos atañe, se desempeñó como el tipo de funcionario que estando consciente de la institución que dirigía trabajó cada día con la misma entrega y devoción por su país.
Lamentablemente, y en su momento tuve la oportunidad de referirle el tema, a Venancio le pasó lo que parece ser un mal generalizado en las entidades públicas de continua vigilancia mediática de la actual administración, no contó con una estructura de comunicación comprometida, identificada y que utilizara de manera efectiva los recursos que de la misma se disponía cada día, siendo la comunicación un arma vital para el posicionamiento y promoción de lo que allí se ejecutaba.
Peor aún, le tocó lidiar con un personal de propio del compañerismo político, que estando él consciente, hacían el rol de enemigos internos filtrando información a los medios, obstaculizando trabajos rutinarios y buscando notoriedad comunicacional.
Nada de esto evitó que la caballerosidad, decencia y espíritu de servir que le caracteriza se vieran como herramientas para no cumplir con el rol por el cual el presidente Abinader le designó en dicha posición, siguió adelante hasta tanto lo decidió el mandatario, y está ahí, en el círculo de espera de los que tienen excelente promedio.
Como cité en principio, “el tiempo saca a luz todo lo que está oculto (…)”, cuando toque a la sociedad comparar las cifras que hoy alegremente se buscan vender desde Migración, las cuales al compararlas con los recursos existentes presentan una clara conclusión, y las cifras que si fueron logradas por la gestión de Venancio, entonces se entenderán múltiples cosas.
Toca esperar, que la sapiencia administrativa comprobada de Venancio y la habilidad política muy bien conocida de él, sean tomadas en cuentas en el tiempo corto por venir. Esta gestión de Gobierno a penas inicia, y si algo va necesitar el presidente Luis Abinader para poder desarrollar su plan de Estado, es gente comprometida y decidida como Venancio Alcántara, de quien el tiempo se encargará de él.
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