La crisis haitiana vuelve a ocupar un lugar prioritario en la agenda internacional, especialmente en la región del Caribe.
Tras una serie de reuniones claves entre el presidente dominicano Luis Abinader, el senador estadounidense Marco Rubio y representantes del gobierno de Estados Unidos, se fortalece el enfoque hacia la necesidad de una acción internacional coordinada para enfrentar el deterioro político y humanitario de Haití.
La situación en el vecino país ha generado preocupación creciente, no solo por la inseguridad y el colapso institucional, sino también por su impacto directo en la República Dominicana, que comparte con Haití una frontera terrestre de más de 300 kilómetros.
Luis Abinader ha insistido en foros nacionales e internacionales en la urgencia de que la comunidad internacional asuma su responsabilidad frente a la crisis haitiana.
Seguridad regional bajo amenaza
Durante las reuniones celebradas recientemente en Washington, Abinader subrayó ante el senador Marco Rubio y altos funcionarios del Departamento de Estado que la inestabilidad de Haití representa una amenaza directa para la seguridad regional.
El presidente dominicano expresó que la falta de un gobierno funcional en Haití ha generado un vacío de poder que grupos armados han llenado, afectando la paz y el orden tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Rubio, senador por Florida y miembro influyente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, coincidió en que la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, no puede permanecer indiferente ante el colapso del Estado haitiano.
Migración descontrolada y presión en la frontera
Uno de los temas más sensibles abordados fue la creciente presión migratoria en la frontera dominico-haitiana. La República Dominicana ha experimentado un aumento significativo en los flujos migratorios, lo que ha generado tensiones sociales y retos logísticos.
Abinader dejó claro que la República Dominicana ha hecho un esfuerzo extraordinario para manejar esta situación, pero advirtió que no puede cargar sola con las consecuencias del caos haitiano.
En este contexto, solicitó un mayor respaldo por parte de Estados Unidos y organismos multilaterales, no solo en términos de seguridad fronteriza, sino también en asistencia humanitaria y cooperación para la estabilización de Haití.
Intervención internacional: ¿más cerca?
Las conversaciones con Rubio y representantes estadounidenses reavivaron la posibilidad de una intervención internacional supervisada, con el objetivo de restaurar el orden institucional en Haití.
Aunque el gobierno dominicano no aboga por una ocupación clásica, sí promueve la conformación de una fuerza multinacional que apoye a las autoridades haitianas a retomar el control del territorio.
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, Haití ha sido escenario de una creciente ola de violencia, con bandas armadas controlando vastas zonas del país, incluida la capital, Puerto Príncipe.
Apoyo político y presión diplomática
El respaldo de figuras como Marco Rubio es clave para fortalecer la presión diplomática hacia una solución. Rubio señaló que Estados Unidos debe asumir un papel más activo para evitar que la crisis haitiana desestabilice a toda la región del Caribe.
El compromiso mostrado en estas reuniones podría traducirse en un aumento de fondos, apoyo logístico y respaldo en el Consejo de Seguridad de la ONU para una acción internacional en Haití.
República Dominicana mantiene postura firme
Luis Abinader ha reiterado que la República Dominicana mantendrá su política de control fronterizo y aplicación estricta de su ley migratoria. Al mismo tiempo, ha enfatizado que el único camino sostenible pasa por la estabilización de Haití con apoyo externo coordinado.
El gobierno dominicano ha insistido en que no es una solución cerrar la frontera permanentemente, pero sí es necesario aplicar medidas firmes mientras persista el descontrol del lado haitiano.
Estas reuniones marcan un nuevo capítulo en los esfuerzos diplomáticos liderados por la República Dominicana para impulsar una solución internacional a una de las crisis más graves del hemisferio.
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