Dary Terrero
Agentes policiales dispersaron con bombas lacrimógenas a decenas de comunitarios que mantenían un campamento en la cabecera del río El Naranjo, en Zambrana, provincia Sánchez Ramírez, en rechazo a los trabajos que realiza la empresa minera Barrick Gold.
Según denunciaron los residentes, varias personas resultaron heridas, incluyendo mujeres y niños, durante la intervención.
La protesta formaba parte de una vigilia pacífica que los comunitarios sostenían desde hace semanas para impedir lo que consideran una destrucción ambiental inminente.
Denuncian represión violenta
Los manifestantes acusan a la Policía de actuar de forma desmedida, lanzando gases lacrimógenos a corta distancia, incluso en zonas donde se encontraban menores de edad durmiendo.
Alegan que solo defienden el ecosistema de su comunidad.
Concepción Sosa, uno de los voceros del movimiento ambientalista local, aseguró que los ciudadanos luchan por preservar el río El Naranjo, una fuente de agua vital que abastece a varias comunidades rurales de Zambrana.
“El río es nuestro sustento. No permitiremos que una minera lo destruya por ganancias. Esto no es progreso, es un crimen ambiental”, expresó Sosa, al rechazar los planes de expansión de la minera.
Tensión por obras de Barrick Gold
Los comunitarios responsabilizan a Barrick Gold de causar daños ecológicos irreversibles en la zona, al ejecutar sin consenso la construcción de una carretera hacia una nueva presa de cola, lo que ha implicado una intensa tala de árboles y la alteración del entorno.
También advierten que la intervención sobre el cauce del río El Naranjo podría afectar los niveles freáticos y contaminar los suelos, impactando directamente a los productores agrícolas de la región.
Videos difundidos en redes sociales muestran a ciudadanos cubriéndose el rostro del gas, mientras algunos ayudaban a niños y personas mayores a retirarse del área del campamento.
Reclaman intervención del Gobierno
Organizaciones comunitarias y activistas hicieron un llamado urgente al presidente Luis Abinader y al Ministerio de Medio Ambiente, para que detengan de inmediato las operaciones y escuchen los reclamos de la población afectada.
“No se puede hablar de desarrollo si se hace sobre la destrucción de nuestras montañas y ríos. Pedimos una auditoría ambiental y una consulta ciudadana real”, insistió Sosa.
El movimiento ambientalista exige que se respete el derecho constitucional de las comunidades a participar en las decisiones que afectan su territorio y su salud.
Silencio de la minera
Hasta el momento, Barrick Gold no ha ofrecido declaraciones públicas sobre el incidente ni sobre las acusaciones de daños ecológicos.
Los residentes sostienen que las obras continúan sin una evaluación ambiental aprobada que sea conocida por la comunidad.
Asimismo, advierten que seguirán movilizados y mantendrán las denuncias en instancias nacionales e internacionales para frenar lo que consideran una amenaza a su hábitat.
La protesta en Zambrana ha generado amplio respaldo en redes sociales, donde la etiqueta “El Naranjo no se toca” se viralizó en las últimas horas, reflejando el descontento con la minería a cielo abierto y el uso de la fuerza contra ciudadanos desarmados.
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