Por: América Pérez (Magíster en Diplomacia y Derecho Internacional)
El nombramiento de Alix Didier Fils-Aime como Primer Ministro de Haití marca un momento crucial para el país, que enfrenta una combinación compleja de inestabilidad política, violencia de pandillas y crisis económica. La tarea de Fils-Aime no solo implica restaurar el orden interno, sino también gestionar las relaciones con la República Dominicana, liderada por el presidente Luis Abinader, quien ha adoptado medidas firmes en el control fronterizo y ha mantenido una posición cautelosa respecto a la crisis haitiana.
1. Restablecimiento del Orden y Control de Pandillas
Uno de los mayores desafíos para Fils-Aime será la lucha contra las pandillas que dominan grandes áreas de Haití, donde las instituciones de seguridad son débiles y los recursos son escasos. Las pandillas no solo afectan la vida cotidiana y la seguridad de los haitianos, sino que también impactan las relaciones con la República Dominicana, que ha respondido con la construcción de una valla fronteriza para evitar la migración irregular y el contrabando. La presión en la frontera se ha intensificado, y la postura de Abinader refleja una percepción de amenaza constante desde el lado haitiano. Esto pone en manos de Fils-Aime la responsabilidad de demostrar un liderazgo capaz de reducir la violencia para poder aliviar las tensiones diplomáticas con Santo Domingo.
2. Refuerzo de las Instituciones Democráticas
La transición en Haití hacia una administración estable y confiable es crítica. La comunidad internacional, incluyendo a República Dominicana, ha mostrado preocupación por la fragilidad de las instituciones haitianas, que han sido ineficaces en manejar el conflicto y en garantizar la seguridad. Fils-Aime debe trabajar para consolidar el sistema democrático, mejorar la transparencia y permitir procesos electorales legítimos que fortalezcan su mandato. Si Haití logra establecer un gobierno más sólido y representativo, esto podría cambiar positivamente la narrativa de Abinader y de otros países hacia una colaboración más abierta.
3. Desarrollo Económico y Cooperación Transfronteriza
El desarrollo económico es otro aspecto que exige la atención de Fils-Aime. Haití enfrenta altos niveles de pobreza y desempleo, lo que genera flujos migratorios constantes hacia República Dominicana en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, la tensión en la frontera ha generado cierres temporales y un control más riguroso de la migración, generando dificultades para los trabajadores haitianos y reduciendo el flujo económico binacional. Mejorar la situación económica en Haití podría aliviar estas tensiones y fomentar la cooperación en áreas de comercio y desarrollo de infraestructura compartida.
4. Política de Seguridad y Relaciones Internacionales
La colaboración en seguridad será una prioridad para Fils-Aime y Abinader. La comunidad internacional y República Dominicana podrían verse interesadas en apoyar medidas de seguridad en Haití, siempre que estas respondan a objetivos claros de reducción de la violencia y fortalecimiento de las instituciones. La influencia de actores externos, como Estados Unidos y la ONU, que han discutido posibles misiones de seguridad en Haití, también puede incidir en el rol de República Dominicana como aliado estratégico y en el enfoque que Fils-Aime adopte para aceptar o rechazar apoyo externo.
5. Construcción de una Agenda Binacional de Largo Plazo
Finalmente, si Fils-Aime logra un mandato estable, existe la posibilidad de que República Dominicana y Haití reconfiguren su relación hacia una agenda común de largo plazo, abordando temas como la regularización migratoria, el comercio formal y la gestión de recursos compartidos, como el agua en la frontera. Esto requeriría un cambio de enfoque donde ambos países, especialmente bajo la influencia de Abinader y Fils-Aime, trabajen para ver la cooperación bilateral como un beneficio mutuo en lugar de un riesgo.
El mandato de Alix Didier Fils-Aime representa un nuevo capítulo para Haití y una prueba para las relaciones con República Dominicana. La capacidad de Fils-Aime para enfrentar los desafíos internos y mejorar la situación en Haití podría ser determinante en la apertura de un diálogo más estable con Luis Abinader y en la construcción de una relación bilateral que permita superar la histórica desconfianza.
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