Internacionales.- El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este lunes la renovación por un año, hasta el 2 de octubre de 2025, de la Misión Multinacional de Seguridad (MMS) para Haití, cuyos primeros integrantes llegaron hace solo dos meses y apenas han logrado contener la inseguridad rampante en el país.
La resolución preparada por EE. UU. y Ecuador y aprobada por unanimidad entre los quince miembros, no hace alusión a la posible transformación de la MMS en una fuerza de paz convencional de ‘cascos azules’, que era la opción planteada por Estados Unidos, debido a la oposición de Rusia y China, principalmente.
Esa transformación habría permitido superar los problemas de financiación que arrastra la MMS desde un primer momento y que explican el retraso en la llegada del primer contingente keniano, así como la ausencia de agentes de otros países que se mostraron dispuestos a contribuir con personal a esa misión.
Al tomar la palabra, el embajador adjunto de China, Geng Shuang, explicó su oposición a enviar una misión de paz en estos momentos a Haití: según él, «las misiones de paz no son una panacea», como lo demuestra el hecho de que la ONU ya ha mandado en el pasado múltiples misiones de paz, «pero los resultados nunca fueron satisfactorios, y las lecciones aprendidas fueron elocuentes».
Con esa alusión, Shuang se refería a la última misión de cascos azules, Minustah, que terminó tras 13 años en 2017, entre graves acusaciones de abusos sexuales y de ser directamente responsable de haber propagado un grave brote de cólera en el país.
Oposición
Tanto China como Rusia se han opuesto tajantemente a transformar la MMS en fuerza de paz por esas mismas razones, pese a que el Gobierno haitiano apoyó la propuesta de Estados Unidos, y por ello la resolución aprobada este lunes quedó por debajo de las expectativas.
La embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, recordó por su parte ante el Consejo que la contribución financiera «se necesita con urgencia y a corto plazo», por lo que pidió el compromiso de posibles donantes, dado que las donaciones para la misión han procedido mayormente de su país, con escasas contribuciones de otros países.
Actualmente, solo hay 400 policías kenianos desplegados en Haití, todos ellos en Puerto Príncipe, y si bien hay países del Caribe, África y Asia que han mostrado su disposición a enviar agentes hasta llegar a la cifra deseada de 2.500, ninguno lo ha hecho todavía por falta de fondos, pues esta misión depende exclusivamente de donaciones voluntarias, al contrario que las de «cascos azules», para las que hay un fondo siempre disponible.
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