Salud (Silvia Pardo).- La American Stroke Association publicó una nueva guía para la prevención primaria del accidente cerebrovascular. Estas directrices indican las señales de alerta y brindan estrategias para una buena salud cardiovascular y cerebral
Todos los 29 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el ACV o accidente cerebrovascular. Según la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares, el ACV o ataque cerebral constituye la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad a nivel mundial, ya que afecta a 1 de cada 4 personas en el mundo. Más de 100 millones de personas viven con secuelas.
Los casos de esta emergencia médica semejante a un infarto cardíaco van en aumento, advierten los expertos, incluso en menores de 50 años.
Sin embargo, hasta el 90 % de los accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir evitando o reduciendo los factores de riesgo que pueden predisponer a padecerlos.
La Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (American Stroke Association), publicó en la revista Stroke la nueva Guía de 2024 para la prevención primaria del accidente cerebrovascular. Estas nuevas directrices reemplazan la versión de 2014, y brindan diversas estrategias para personas sin antecedentes de ACV.
Qué es un ACV
“Un accidente cerebrovascular resulta de la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro. Es fundamental solicitar tratamiento médico de inmediato y obtener atención médica de emergencia porque rápidamente se puede reducir el daño en el cerebro y otras complicaciones que genera un accidente cerebrovascular”, explicó el doctor Marcelo Cáncer, cardiólogo de OSPEDYC.
El ACV causa daño cerebral, que puede provocar una discapacidad significativa, incluida la dificultad para pensar, hablar, caminar e interactuar con el entorno.
Los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares no identificados y no controlados pueden causar daños a las arterias, el cerebro y el corazón años antes de que se produzcan enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares. De ahí la importancia fundamental de la prevención.
Un ACV puede suceder por dos grandes causas, explicó el doctor Cáncer:
Isquemia cerebral: se ocasiona por la obstrucción de una arteria que lleva flujo de sangre al cerebro y se obstruye o reduce. Esto evita que el tejido del cerebro reciba oxígeno y nutrientes. Las neuronas cerebrales comienzan a morir en minutos y es la causa del 85% de los ACV.
Hemorragia cerebral: se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro tiene un derrame o se rompe y causa un sangrado. La sangre aumenta la presión en las neuronas cerebrales y las daña.
“La educación sobre los síntomas, los factores de riesgo y la intervención rápida es vital para mejorar los resultados y reducir la morbilidad asociada con esta afección. La prevención, a través del manejo de factores de riesgo, es fundamental para reducir la incidencia de ACV”, finalizó Cáncer.
Guía 2024 para la prevención del ACV
La nueva guía destaca las métricas de salud de la Asociación Americana del Corazón para una salud cardiovascular y cerebral óptimas, medicamentos para el manejo de factores de riesgo, factores de riesgo específicos para las mujeres y formas de abordar los determinantes sociales de la salud.
“La forma más eficaz de reducir la incidencia de un accidente cerebrovascular y la muerte relacionada con él es prevenir el primer accidente cerebrovascular, lo que se conoce como prevención primaria”, afirmó la presidenta del grupo de redacción de la guía, la doctora Cheryl D. Bushnell, profesora y vicepresidenta de investigación del departamento de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte, Estados Unidos, en un comunicado de prensa.
“Algunas poblaciones tienen un riesgo elevado de sufrir un accidente cerebrovascular, ya sea por la genética, el estilo de vida, factores biológicos o determinantes sociales de la salud y, en algunos casos, las personas no reciben las pruebas de detección adecuadas para identificar su riesgo”, destacó.
Y añadió: “Esta directriz es importante porque se han hecho nuevos descubrimientos desde la última actualización hace 10 años. Comprender qué personas tienen mayor riesgo de sufrir un primer ACV o ictus y brindar apoyo para preservar la salud del corazón y el cerebro puede ayudar a prevenir esta emergencia”.
17 factores de riesgo de ACV para poner bajo control
Por primera vez, la guía también incluye factores de riesgo de accidente cerebrovascular y recomendaciones específicas para mujeres:
1. Haber tenido preeclampsia (presión arterial alta durante el embarazo)
2. Complicaciones del embarazo, incluido el parto prematuro
3. Endometriosis
4. Uso de anticonceptivos orales
5. Insuficiencia ovárica prematura (antes de los 40)
6. Menopausia de aparición temprana (antes de los 45)
7. Tener síntomas vasomotores graves (como sofocos) en la menopausia
8. Tomar terapia de reemplazo hormonal (TRH) que contenga estrógeno para la menopausia después de los 60 años, más de 10 años después de la menopausia natural
9. Tomar estrógeno, como mujer transgénero o individuo de género diverso, para la afirmación de género
Entre los factores de riesgo de ACV para todos, se encuentran:
10. Tener mala nutrición
11. Tabaquismo
12. Ser sedentario
13. Tener sobrepeso
14. Dormir mal
15. Colesterol alto
16. Hipertensión
17. Nivel alto de azúcar en sangre
Cómo contrarrestar los riesgos
Llevar adelante un estilo de vida saludable, junto con la consulta periódica al médico para realizar una evaluación del estado de todo el sistema cardiovascular, son acciones preventivas del ACV.
Los factores de riesgo modificables de accidente cerebrovascular, como presión arterial alta, sobrepeso y obesidad, colesterol elevado y azúcar en sangre elevada, se pueden identificar con exámenes físicos y análisis de sangre. Estas afecciones deben abordarse con cambios de estilo de vida y comportamiento saludables y pueden incluir medicamentos para algunos pacientes, destacó la guía.
Las nuevas directrices recomiendan:
Seguir una dieta mediterránea, compuesta principalmente de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y aceite de oliva y pescado incluso si no se tiene otros factores de riesgo.
Realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa (o una combinación de ambas) distribuidas a lo largo de la semana. “La actividad física puede ayudar a mejorar importantes indicadores de salud, como la presión arterial, el colesterol, los marcadores inflamatorios, la resistencia a la insulina, la función endotelial y el peso”, afirmó la guía.
- Dormir lo suficiente
- No fumar
- Controlar los niveles de colesterol, presión arterial y azúcar en sangre y mantenerlos dentro de rangos saludables
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