DS NU
En los mercados mayoristas y ferias comerciales de China, el nombre de Donald Trump no provoca temor.
Provoca risas.
La reciente imposición de aranceles del 145% por parte del expresidente estadounidense no ha intimidado a los comerciantes chinos.
Al contrario, ha impulsado una ola creativa de burla y nacionalismo en redes sociales.
Videos virales y reels generados con inteligencia artificial muestran a Trump, JD Vance y Elon Musk trabajando en fábricas chinas.
Los clips se han difundido rápidamente en plataformas como Weibo, Douyin y Bilibili, ganando millones de visitas.
Una respuesta cultural a la presión económica
Los usuarios chinos han convertido el desafío comercial en una herramienta de humor patriótico.
En los videos, Trump aparece sudando en líneas de ensamblaje de iPhones y zapatos.
El mensaje es claro: los aranceles no frenarán a China, ni intimidarán a su gente.
La creatividad digital es la nueva arma cultural del país asiático.
Xi Jinping ha reforzado esta postura firme con discursos enfocados en la resiliencia económica.
En lugar de ceder ante las medidas estadounidenses, China ha fortalecido su estrategia de autosuficiencia.
Las empresas locales han aumentado su inversión en manufactura nacional.
También se han redoblado esfuerzos en innovación tecnológica.
Estrategia firme frente a las tensiones comerciales
Las decisiones de Trump buscan reconfigurar el equilibrio comercial global.
Pero en China, estas acciones se ven como oportunidades para demostrar poder interno.
Xi ha reiterado que Pekín no se dejará doblegar por presiones extranjeras.
Las políticas internas reflejan esta visión: subsidios, incentivos y producción estratégica.
Además, Pekín ha estrechado lazos con países del Sudeste Asiático, África y América Latina.
Los acuerdos bilaterales y tratados comerciales muestran su nueva orientación global.
Un nuevo tipo de propaganda: el meme
Los memes se han convertido en una herramienta política en China.
Ya no solo se usan para el humor, sino como forma de resistencia cultural.
En lugar de discursos tradicionales, se emplean videos breves y virales para influir.
Los creadores digitales tienen ahora un rol activo en la narrativa nacional.
Trump y Musk, protagonistas involuntarios, representan la frustración externa ante el ascenso chino.
Mientras tanto, los internautas chinos disfrutan y comparten estas piezas como símbolo de orgullo nacional.
Una economía que no se intimida
A pesar de predicciones sombrías, la economía china sigue mostrando fortaleza.
Las exportaciones continúan en crecimiento, especialmente hacia países no occidentales.
El consumo interno se recupera tras los estragos del COVID-19.
La producción industrial también mantiene niveles estables.
Por eso, en vez de preocupación, hay confianza en el aire de los mercados chinos.
Los comerciantes ven los aranceles como un obstáculo menor, no una amenaza seria.
Para muchos, es simplemente otra etapa más del juego geopolítico.
Y en ese juego, China está demostrando tener su propia estrategia ganadora.
Dary Terrero
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