Céline Dion tomó medidas legales el 12 de agosto para impedir que el expresidente Donald Trump utilizara su icónico tema «My Heart Will Go On» en su campaña electoral.
La cantante demandó al equipo de campaña de Trump por el uso no autorizado de la canción, que se popularizó con la película «Titanic».
Acciones legales y declaraciones
Dion alegó que el uso de la canción sin su permiso violaba los derechos de autor y el acuerdo de licencia.
En una declaración pública, la artista expresó su descontento con la explotación de su música con fines políticos.
La demanda destacó que el tema no debía ser asociado con ninguna campaña política, ya que representa un símbolo de amor y esperanza.
Impacto en la campaña y la música
El equipo de Trump respondió a las alegaciones diciendo que el uso de la canción era un error y que no había intención de infringir derechos.
Sin embargo, la controversia generó un debate sobre la apropiación de la música en contextos políticos y la necesidad de respetar los derechos de los artistas.
La disputa subrayó la sensibilidad de los temas artísticos cuando se involucran en el ámbito político.
La demanda de Céline Dion pone de relieve la importancia de respetar los derechos creativos y establece un precedente sobre cómo los artistas pueden proteger su trabajo frente a usos no autorizados en campañas y eventos políticos.