Dary Terrero
La alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, reafirmó su compromiso con la política como una vocación de servicio, al asegurar que su participación en los asuntos públicos no responde a ambiciones personales, sino a un proyecto de vida fundamentado en el bienestar colectivo.
“Desde el 2016, que abracé la política como proyecto de vida, eso ha sido una decisión, no una obsesión, y jamás un sacrificio trabajar por los mejores intereses de nuestra gente”, expresó Mejía a través de sus redes sociales, destacando el sentido de responsabilidad que ha guiado su trayectoria.
La también dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha sido mencionada como una figura clave dentro del oficialismo, especialmente por su popularidad en la capital y su estilo de gestión cercano a la ciudadanía.
Estas declaraciones surgen en momentos en que diversos sectores del PRM evalúan el perfil de sus principales líderes de cara a nuevos desafíos electorales.
Liderazgo y coherencia en la gestión pública
Desde su elección como alcaldesa en 2020, Carolina Mejía ha sido reconocida por implementar políticas urbanas enfocadas en la recuperación de espacios públicos, la transparencia y la participación comunitaria.
Su estilo sereno y firme le ha ganado respeto tanto dentro como fuera de su partido.
“No ha sido fácil, pero ha valido la pena”, ha dicho en ocasiones anteriores, al referirse al camino recorrido en su carrera política.
Su mensaje reciente refuerza esa línea de compromiso voluntario, desmarcándose de discursos triunfalistas o personalistas.
Posicionamiento dentro del PRM
Como hija del expresidente Hipólito Mejía, su nombre siempre ha estado vinculado a la política nacional.
Sin embargo, Carolina ha construido su propio perfil, combinando el legado familiar con una impronta moderna, técnica y empática.
En medio de los movimientos internos del PRM, su figura se menciona con fuerza en distintos escenarios, aunque ella se ha enfocado públicamente en su actual gestión municipal y en fortalecer los vínculos con la ciudadanía.
Vocación frente a ambición
En un contexto político donde las aspiraciones personales suelen estar en primer plano, Mejía subraya que su motivación principal ha sido siempre el servicio.
Al diferenciar entre “decisión” y “obsesión”, plantea una visión de la política como acto consciente y comprometido, no como una meta egoísta.
Este discurso resuena especialmente en sectores que buscan una renovación ética del liderazgo político y valoran la coherencia entre discurso y acción.
Un proyecto de vida con perspectiva ciudadana
La frase de Carolina Mejía no solo reafirma su rol como servidora pública, sino que también sintoniza con una visión más humana de la política.
Para ella, gobernar no ha sido un sacrificio, sino una responsabilidad asumida con vocación y sentido de propósito.
Su mensaje sigue marcando un estilo distintivo dentro de la política dominicana contemporánea.
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