La Cámara de Cuentas de la República Dominicana (CCRD) ha estado en el centro de múltiples controversias en los últimos años.
Acusaciones de alteraciones en auditorías, incrementos salariales injustificados y denuncias de acoso laboral han empañado la imagen de este órgano fiscalizador.
En 2021, Janel Ramírez Sánchez asumió la presidencia de la CCRD.
Al poco tiempo, enfrentó acusaciones de acoso laboral por parte de varias colaboradoras.
Aunque en 2023 la Procuraduría General de la República determinó que su conducta era “inadecuada o impropia”, concluyó que no constituía un delito según la legislación vigente.
Auditorías bajo sospecha
La credibilidad de la Cámara de Cuentas se vio afectada por señalamientos de manipulación en informes de auditoría.
Estas alteraciones han generado preocupación sobre la transparencia y objetividad en la fiscalización de los recursos públicos.
Además, se han reportado aumentos salariales dentro de la institución que carecen de justificación clara.
Estos incrementos han sido objeto de críticas, especialmente en un contexto donde se exige austeridad y manejo responsable de los fondos estatales.
Denuncias de acoso laboral
Las acusaciones de acoso laboral no se limitaron al presidente de la CCRD.
Otros miembros del organismo también han sido señalados por comportamientos inapropiados hacia el personal.
Estas denuncias resaltan la necesidad de establecer protocolos efectivos para prevenir y sancionar este tipo de conductas en las instituciones públicas.
Repercusiones políticas
Los escándalos en la Cámara de Cuentas han llevado a amenazas de juicios políticos contra algunos de sus miembros.
Legisladores y sectores de la sociedad civil han expresado su descontento, exigiendo rendición de cuentas y reformas que garanticen la independencia y eficiencia del órgano fiscalizador.
La Operación Caracol, una iniciativa del Ministerio Público, ha investigado a exmiembros de la CCRD por presuntas irregularidades en el ejercicio de sus funciones.
Esta operación busca esclarecer hechos y establecer responsabilidades, enviando un mensaje claro sobre la intolerancia a la corrupción en las instituciones del Estado.
Hacia una reforma institucional
Ante este panorama, diversos sectores han propuesto una reforma integral de la Cámara de Cuentas.
El objetivo es fortalecer su autonomía, implementar mecanismos de control interno más rigurosos y promover una cultura organizacional basada en la ética y la transparencia.
La sociedad dominicana demanda instituciones que actúen con integridad y responsabilidad en la gestión de los recursos públicos.
La CCRD enfrenta el reto de recuperar la confianza ciudadana y demostrar su compromiso con la fiscalización efectiva y honesta.
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