Para Amnistía Internacional, las violaciones de derechos humanos que envuelven la muerte del joven David de los Santos no son hechos aislados, por el contrario, es una práctica recurrente entre miembros de la Policía Nacional.
El organismo expresó su solidaridad a la familia de De los Santos, quien murió el 1 de mayo pasado a causa de los golpes que recibió mientras estuvo detenido en el destacamento policial del Ensanche Naco, un hecho por el que ayer se presentó al Congreso una propuesta de interpelación al director de la Policía.
“Es penoso reconocerlo para algunas personas, pero en República Dominicana hay una práctica regular de agentes de Policía Nacional de participar en actos que son violatorios de los derechos humanos y es algo que hemos documentado por lo menos en la última década y media”, dice Elina Castillo, encargada de campañas para el Caribe de Amnistía Internacional.
Esas violaciones que vienen documentando desde 2011, incluyen detenciones arbitrarias, muertes ilícitas que luego son considerados como homicidios, torturas, tratamientos inhumanos y otros malos tratos bajo detención. Ante esa “penosa” realidad, también se da el que, por lo regular, los responsables casi nunca van a la justicia, dando la idea de que se da carta blanca a las violaciones, pues quedan en impunidad.
“El control de la Policía Nacional es inadecuado, ha sido inadecuado por décadas y, si bien se han hecho reformas policiales, la realidad es que no han sido efectivas, como el lamentable caso de David de los Santos lo demuestra”, comenta Castillo.
Además del caso de De los Santos, refiere otros que han registran en sus informes y cita el publicado en 2019 sobre los malos tratos y torturas a trabajadoras sexuales o las más de 85,000 detenciones irregulares a partir de la pandemia del COVID-19 en 2020.
Entiende que dentro de la policía existe la idea de que son un brazo de control social, pero el para qué ejercer ese control es lo que suele derivar en violaciones de derechos humanos.
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