Agentes policiales de la Dirección Central de Investigación (DICRIM) arrestan 11 personas en una cuestionada operación relámpago. Los detenidos incluyen individuos acusados de delitos como robo, usurpación de identidad, agresión, entre otros, en un aparente intento por demostrar eficiencia policial. Pero, ¿es realmente justicia o simplemente una maniobra mediática?
Durante las últimas 24 horas, los agentes policiales del DICRIM han arrestado a 11 personas, incluyendo una mujer, por la comisión de diversos delitos. Sin embargo, algunos críticos cuestionan la transparencia y la verdadera intención detrás de estas detenciones.
Entre los detenidos está Rubén Darío Báez Arias (a) Elvin Báez, arrestado por robo en perjuicio de un ciudadano y por violar los artículos 379, 383 y 385 del Código Penal Dominicano. ¿Es esta detención un verdadero golpe al crimen o simplemente un peón en un juego mayor?
En Higüey, provincia La Altagracia, fue apresada Alexandra Cabrera Fermín, acusada de violar el artículo número 5 de la ley 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, tipificando la usurpación de identidad. ¿Estamos viendo una verdadera lucha contra el crimen tecnológico o una simple caza de brujas?
Asimismo, Wildrin Alberto Novas Heredia (a) Martín, fue detenido por agredir físicamente a una ciudadana en la provincia de Barahona. ¿Es esta una muestra de intolerancia cero contra la violencia o una distracción de problemas mayores en el sistema judicial?
En San Cristóbal, Luis Manuel Santana Encarnación fue capturado por irrumpir en una residencia y sustraer cuatro rollos de alambre trinchera. Una detención que plantea preguntas sobre la eficacia de las medidas de seguridad existentes.
Además, Carlos Badia Cruz fue arrestado bajo la orden No. 611-0-2022-EAUJ-01087, por violentar el artículo 309-1 del Código Penal Dominicano, relacionado con violencia de género. Esta detención, aunque crucial, pone en tela de juicio la consistencia en la aplicación de la ley y el verdadero compromiso con la protección de las víctimas.
Los detenidos serán puestos ante el Ministerio Público para los fines legales correspondientes. Sin embargo, la sombra de la duda persiste: ¿Es esta operación una verdadera muestra de justicia o simplemente un espectáculo bien orquestado para calmar a la opinión pública?
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