Representantes del sector pesquero de Pedernales denunciaron el desmantelamiento de viviendas y espacios de trabajo en la zona costera, como parte de los avances del proyecto turístico Cabo Rojo, sin que se les haya dado alternativas reales para su subsistencia.
Wilson Rafael Mancebo y Luis Miguel López, alias Cocolo, expresaron su indignación por lo que calificaron como acciones arbitrarias y excluyentes por parte de las autoridades.
“Nos sacaron como si no fuéramos dominicanos”
Wilson Mancebo, presidente de la Asociación de Pescadores, relató que en noviembre del año pasado, efectivos de la Armada Dominicana y del Ministerio de Medio Ambiente destruyeron cerca de 80 viviendas ubicadas en el puerto de Pedernales.
“Le llaman ‘cachas’, pero para nosotros eran nuestras casas. Ahí vivíamos, ahí trabajábamos. Esa era nuestra vida”, expresó con visible pesar.
El dirigente explicó que esas viviendas servían como base para sus jornadas de pesca, en una zona que históricamente ha sido habitada por generaciones de familias que viven del mar.
“La mayoría de los compañeros tienen raíces en esa costa. Algunos tienen más de 60 años viviendo allí, y sus hijos nacieron allí. Pero hoy, por conveniencia, nos están desarraigando”, denunció.
“Nos apuntaron con armas para sacarnos”
Luis Miguel López, conocido como Cocolo, propietario de la pescadería La Familia, también expresó su rechazo al trato que han recibido.
“Yo no entiendo cómo el presidente dice que viene algo bueno para Pedernales, si para eso tiene que sacar a todos los pescadores de donde han vivido toda la vida”, expresó.
Narró que fue desalojado por la fuerza de un espacio que ocupaba, bajo la promesa de que se construiría un desarrollo turístico en la zona.
“Nos sacaron a punta de armas. Somos campesinos, trabajadores del mar, no delincuentes. Solo queremos trabajar para mantener a nuestras familias”, afirmó.
Cocolo advirtió que el desarrollo turístico sin respeto a las comunidades pesqueras puede significar su desaparición. “¿Qué turismo es ese donde habrá hoteles de lujo, pero el pescado tendrá que importarse?”, cuestionó.
Desplazamiento sin alternativas
Ambos líderes coincidieron en que no se les ha ofrecido una solución viable para continuar sus actividades económicas.
“Pedernales se está proyectando como una marca turística, pero para nosotros se ha convertido en un lugar de expulsión”, dijo Mancebo.
Exigieron al Gobierno ser incluidos en los planes de desarrollo, y que se establezca una mesa de diálogo real con los pescadores, para evitar más atropellos y garantizar un futuro digno para las familias del mar.
“Nosotros no estamos en contra del desarrollo. Solo queremos ser parte de él”, sentenció Cocolo.
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