Dary Terrero
Aunque el Gobierno impulsa el proyecto de Cabo Rojo como motor del desarrollo del sur, líderes comunitarios de Pedernales aseguran que los sectores populares siguen al margen de los beneficios prometidos.
Audilio Jiménez, director de Prensa de la Federación de Asociaciones de Juntas de Vecinos de Pedernales, afirmó que “el pueblo está hablando, pero no lo escuchan”, al denunciar exclusión, falta de servicios y ausencia de coordinación entre las autoridades.
Desconexión entre discurso y realidad
Jiménez sostiene que mientras se exhiben avances a nivel macro, en las comunidades más humildes la situación económica es precaria.
“Se habla de inversiones millonarias, pero aquí no llegan los programas sociales ni los empleos”, expresó.
Denunció que la gobernadora, el alcalde y los diputados actúan por separado, sin articular una estrategia conjunta que garantice inclusión.
“Las autoridades están divorciadas del pueblo”, dijo, al señalar que las juntas de vecinos no son convocadas ni escuchadas para participar en las decisiones.
Servicios básicos ausentes
Uno de los principales reclamos es el servicio eléctrico. Pedernales, acostumbrada por años a operar con una planta local, ha visto aumentar los apagones tras ser conectada al sistema nacional. “Tenemos más de dos años con esta situación. El comercio está colapsando”, advirtió.
Jiménez explicó que la falta de electricidad estable afecta directamente la vida económica de los barrios. “Los negocios pierden mercancía, las bebidas se dañan, los equipos se queman. Aquí se está trabajando con pérdidas”.
A esta dificultad se suman problemas con el acceso a alimentos, salud, y orientación sobre cómo integrarse al proceso de desarrollo. “Las ayudas no llegan. Si llegan a la provincia, no bajan a los sectores. No se ven”, sostuvo.
Falta de participación social
El representante comunitario aseguró que los barrios de Pedernales no están siendo incluidos en la planificación del crecimiento.
Aunque se han realizado reuniones con sectores puntuales, como el de los bares, no existe un plan estructurado de participación ciudadana.
“No sabemos qué va a pasar con nosotros cuando vengan los hoteles. No sabemos qué negocios montar, ni si nuestras casas están en zona de desarrollo. Nadie explica nada”, expresó Jiménez.
Pidió al Gobierno crear un canal formal y constante de comunicación con las organizaciones comunitarias para garantizar que el crecimiento no sea desigual. “Si este proyecto es tan grande como dicen, entonces el pueblo merece ser parte desde el principio”.
Exigen un desarrollo con rostro humano
Desde las juntas de vecinos se reclama que se materialicen las promesas sociales, más allá de los anuncios. “No basta con decir que esto será el nuevo polo turístico. También hay que garantizar que la gente viva mejor”, insistió.
Jiménez recordó que la falta de información y orientación limita las oportunidades. “Aquí hay gente cerca de ríos y recursos naturales que no sabe que puede emprender. Nadie les dice cómo, ni les da apoyo. Así no se construye un desarrollo justo”.
Para él, Pedernales debe crecer con equilibrio, transparencia y justicia social. “El proyecto no puede ser solo cemento y turistas. Tiene que ser oportunidades para los que ya estamos aquí”.
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