Joel de Jesús Rodríguez Durán, víctima de un intento de asesinato en Higüey, ha denunciado públicamente su temor por la vida ante el prolongado retraso en el proceso judicial que involucra a los presuntos responsables del atentado del cual sobrevivió por “circunstancias providenciales”.
El hecho ocurrió cuando varios individuos armados con fusiles dispararon a matar contra la camioneta en la que se desplazaba Rodríguez Durán.
Aunque salió ileso físicamente, hoy enfrenta secuelas emocionales y vive en constante estado de alerta.
Seis imputados están en prisión, pero el juicio no avanza
Los presuntos agresores, identificados como Estarlin Rikerlvin Vilorio, Orlando Cedeño Acosta (alias Ligth), Reyme Yoan Eusebio Cedeño, Omar Antonio de la Cruz Veras, Pedro Vallejo González y Neifis Neftalís Núñez Espinal (alias El Sobrino), se encuentran recluidos en la cárcel de Anamuya.
Pese a que el expediente No. 187-1-2023-EPEN-00474 se encuentra debidamente instrumentado, el juicio ha sido objeto de reiteradas maniobras dilatorias que impiden el inicio del conocimiento de fondo del caso.
Rodríguez Durán denuncia que su seguridad está en juego y que ha recibido nuevas amenazas directas.
Afirma que la lentitud del proceso no solo lo expone, sino que también envía un mensaje peligroso de desprotección institucional frente a hechos criminales graves.
Reclama acción inmediata de las autoridades judiciales
La víctima exhorta al Ministerio Público, a la Inspectoría del Poder Judicial y al tribunal competente de La Altagracia a evitar más aplazamientos y a garantizar que se celebre el juicio conforme a derecho.
Asegura que no busca venganza, sino justicia y protección como víctima, tal como lo garantiza la Constitución dominicana y los tratados internacionales sobre derechos humanos.
El caso pone en entredicho el cumplimiento del principio de tutela judicial efectiva, afectando no solo al ciudadano afectado sino también a la credibilidad del sistema judicial.
Llamado a romper la impunidad en crímenes de sicariato
El atentado contra Rodríguez Durán reúne los elementos de una ejecución por encargo: varios atacantes, armas largas, planificación y alevosía.
No obstante, pese a la gravedad, las audiencias continúan suspendidas, lo que refuerza el sentimiento de impunidad y abandono.
Este escenario de violencia e indefensión debe ser enfrentado con firmeza institucional. De lo contrario, podría incentivarse una cultura donde el sicariato opera con libertad y las víctimas no encuentran reparación.
El clamor de Rodríguez Durán es un llamado urgente al Estado dominicano para que actúe con la celeridad, valentía y responsabilidad que exige el caso.
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