SANTO DOMINGO, República Dominicana.– El presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini, advirtió que transformar el sistema de distribución eléctrica en República Dominicana requiere inversiones, institucionalidad sólida y un cambio profundo en la cultura del consumo energético, al tiempo que denunció las distorsiones estructurales que impiden la sostenibilidad del sector.
“Compramos caro, vendemos barato. Así no se sostiene un sistema eléctrico. Compramos a 15 centavos de dólar y vendemos a 16. ¿Qué empresa sobrevive así?”, afirmó Marranzini durante su ponencia en el Summit Energy 2025, organizado por la revista Mercado bajo el lema “La deuda cultural del sistema eléctrico: consumir sin pagar”.
El también empresario explicó que esta ecuación económica condena a las empresas distribuidoras a operar sin margen de rentabilidad, pese al aumento de la demanda, la expansión de la capacidad de generación y la presión de los usuarios por mayor calidad del servicio.
“Estamos entregando el 98% de la demanda, incluso a quienes no pagan, y sin embargo la distribución sigue cargando con la peor parte del relato”, sostuvo.
“La electricidad no es un bien divino que se regala”
Marranzini denunció que el país arrastra una “deuda cultural” con el sistema eléctrico, basada en la normalización del impago y el robo de energía.
“Hay consumidores que entienden que la electricidad es un bien divino que no se paga. Esa mentalidad debe cambiar. Y debe empezar con consecuencias reales para grandes, medianos y pequeños que roban energía”, expresó, tras recordar fraudes detectados en hoteles, centros de cómputo y comercios.
Criticó también la visión distorsionada que prevalece en la opinión pública: “Todo lo bueno se le atribuye a la generación y todo lo malo a la distribución. Pero la distribución ha comenzado a cambiar, aunque nadie lo diga”.
Avances concretos en infraestructura
Durante su intervención, Marranzini presentó logros alcanzados por las EDEs en los últimos dos años: más de 30 subestaciones repotenciadas, 575 mil medidores instalados solo en 2024, y proyectos en marcha para la sustitución de redes obsoletas y la implementación de medidores inteligentes.
La meta, aseguró, es reducir las pérdidas al 28% en 2027. “Si eso no es transformar la distribución, díganme qué lo es”, subrayó.
También puntualizó que el déficit operativo de las distribuidoras no debe confundirse con el subsidio estatal a la tarifa eléctrica.
“El Fondo de Estabilización de la Tarifa Eléctrica (FETE) es un subsidio directo a los usuarios. No es una pérdida para las EDEs. Pero lo reciben tanto quienes lo necesitan como quienes no”, explicó.
Llamado a la continuidad institucional
Marranzini criticó la inestabilidad en la conducción de las distribuidoras, señalando que el CUED ha tenido cuatro presidentes en cuatro años. “Así no hay empresa que cambie.
Necesitamos continuidad, compromiso político real y entender que las distribuidoras no son un botín partidario”, declaró.
Finalmente, exhortó a los partidos políticos y a la sociedad a asumir la transformación del sistema como una urgencia nacional.
“Este país ha crecido. No podemos seguir justificando déficits por falta de decisiones. El momento de transformar la distribución es ahora”.
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