La ciudad enfrenta una situación crítica debido al vencimiento de los contratos de recogida de basura en 2025 y al colapso progresivo del vertedero de Duquesa, lo que amenaza con agravar la acumulación de residuos en las calles.
Frente a este escenario, el presidente Luis Abinader firmó el Decreto Presidencial No. 213-25, mediante el cual se declara la emergencia nacional en la gestión de residuos sólidos en el Distrito Nacional y zonas aledañas.
Esta medida busca evitar la interrupción del servicio de recolección, un hecho que habría desencadenado una crisis sanitaria sin precedentes.
La basura acumulada ya comenzaba a generar impactos negativos en la salud pública, el tránsito urbano y el medio ambiente. Durante la temporada de lluvias, los desechos obstruyen el drenaje, provocan inundaciones y propician la proliferación de enfermedades infecciosas.
Contrataciones directas autorizadas
El nuevo decreto presidencial permite realizar contrataciones de emergencia, sin necesidad de procesos licitatorios, para garantizar la continuidad del servicio. Esta acción está amparada en el Artículo 162 del Reglamento No. 416-23, que habilita la selección directa en situaciones de crisis sanitaria.
Con ello, se busca acelerar la incorporación de nuevas empresas encargadas de la recolección de basura mientras se estabiliza la gestión de residuos bajo un nuevo esquema sostenible.
La medida se justifica ante la urgencia de prevenir un colapso sanitario y ambiental que afecte de forma directa a la población, en especial a los sectores más vulnerables.
Duquesa, un vertedero al límite
El vertedero de Duquesa, que durante años ha recibido la mayor parte de los residuos del Gran Santo Domingo, se encuentra en estado crítico. El Ministerio de Medio Ambiente ha proyectado que su cierre técnico tomará entre cinco y seis años.
Ese plazo implica que la transición hacia un nuevo modelo de manejo de residuos no puede postergarse. Es necesario garantizar un plan inmediato que cubra el vacío que dejará la clausura progresiva de Duquesa.
En este sentido, el Gobierno ha iniciado un proceso de transformación que incluye la modernización del sistema de recogida, la diversificación de destinos para los desechos y el impulso de programas de reciclaje y educación ambiental.
Riesgos para la salud y el orden urbano
Especialistas en salud pública han advertido sobre los riesgos de una interrupción en la recogida de basura. Entre ellos, destacan la aparición de brotes de enfermedades gastrointestinales, infecciones respiratorias y la proliferación de vectores como moscas, ratas y mosquitos.
Además, los residuos abandonados en la vía pública entorpecen el tránsito peatonal y vehicular, y afectan la imagen urbana.
El impacto no es solo sanitario, sino también económico y social, ya que la acumulación de basura puede desincentivar el turismo, dañar la actividad comercial y deteriorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Una solución estructural en marcha
Las autoridades aseguran que el decreto no es una medida aislada, sino parte de una estrategia integral para transformar la gestión de residuos en el país.
Este plan contempla la regionalización del manejo de desechos, la construcción de estaciones de transferencia y la promoción de la economía circular, reduciendo la cantidad de basura que llega a los vertederos.
El gobierno ha reiterado su compromiso de enfrentar esta crisis con responsabilidad, transparencia y colaboración entre los sectores público y privado.
La recolección de basura, más allá de un servicio básico, se convierte en una prioridad nacional que requiere acción inmediata y soluciones sostenibles.
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