Escuelas del Norte enfrentan grave deterioro estructural sin solución inmediata

Varias escuelas situadas en la región Norte de la República Dominicana están al borde del colapso por su alarmante deterioro.

Centros educativos en Salcedo, Puerto Plata, Valverde Mao y La Vega muestran filtraciones, grietas y daños visibles que amenazan la seguridad de estudiantes y maestros.

Este panorama no es exclusivo de una provincia. Es una constante que afecta a múltiples instituciones escolares de la zona, generando preocupación entre docentes y padres.

Dirigentes educativos exigen declarar emergencia

Augusto Sánchez, representante de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en Salcedo, pidió que varias escuelas sean declaradas en estado de emergencia.

Asegura que estos centros presentan condiciones críticas que ponen en peligro la integridad física de toda la comunidad educativa.

Según el dirigente, las denuncias han sido constantes, pero los problemas persisten a pesar de los levantamientos realizados por el Ministerio de Educación.

Sánchez indicó que no basta con estudios técnicos. Las autoridades deben actuar con rapidez y ejecutar soluciones concretas antes de que ocurra una tragedia.

Las lluvias agravan la situación, ya que las filtraciones aumentan y las estructuras siguen debilitándose cada día.

Los maestros denuncian que algunos salones han tenido que ser cerrados por el riesgo de colapso, afectando el desarrollo normal de las clases.

En algunas escuelas, los estudiantes han sido reubicados en espacios improvisados que no cumplen con los estándares mínimos de seguridad y comodidad.

Esta situación provoca desmotivación tanto en los docentes como en los alumnos, afectando el rendimiento escolar y la permanencia en el sistema educativo.

Padres y madres también han alzado la voz, preocupados por el bienestar de sus hijos en infraestructuras que claramente no están aptas para impartir docencia.

Ministerios y comunidad educativa deben actuar unidos

Frente a esta realidad, se hace urgente una respuesta coordinada entre el Ministerio de Educación, las autoridades locales y la comunidad educativa.

El abandono de las infraestructuras escolares no solo representa un peligro físico, sino también una barrera para el aprendizaje de calidad.

Las comunidades afectadas exigen que se asignen los recursos necesarios y que las reparaciones se ejecuten con la urgencia que el caso amerita.

Además, solicitan que se incluyan las escuelas más deterioradas en los planes de inversión educativa para garantizar ambientes dignos y seguros.

Las filtraciones y las grietas no pueden seguir ignorándose. Son síntomas de un problema más profundo que refleja años de descuido.

Mientras no se intervengan estas escuelas, la educación en el Norte continuará en desventaja, afectando el futuro de cientos de niños y jóvenes.

Es momento de priorizar la infraestructura educativa y convertirla en una verdadera política de Estado.