Dary Terrero
La comunidad de Blanco Arriba, en la provincia Hermanas Mirabal, enfrenta una crítica situación educativa que afecta a más de un centenar de estudiantes de la Escuela Primaria Sixta Luna Luna, ubicada en la zona conocida como La Guama.
El centro escolar opera actualmente entre butacas rotas, aulas inservibles y promesas de mejoras inconclusas.
Desde hace meses, los estudiantes y el personal docente conviven con un vertedero improvisado dentro de la escuela, donde se han acumulado decenas de butacas dañadas en una de las esquinas del plantel.
Esta situación no solo representa un riesgo para la seguridad de los niños, sino que también entorpece el libre desplazamiento dentro del centro.
Denuncias sin respuesta
La directiva de la escuela ha elevado en reiteradas ocasiones sus reclamos ante las autoridades educativas competentes, solicitando el retiro de las butacas inservibles que ya son consideradas escombros.
Sin embargo, hasta la fecha no han recibido una respuesta efectiva.
A pesar del esfuerzo de los docentes y de la comunidad, las condiciones de infraestructura se han deteriorado al punto de hacer imposible el uso de varias aulas, lo que obligó a trasladar a unos 120 alumnos a un club comunitario, prestado por organizaciones locales, donde actualmente se imparten las clases.
Obras paralizadas dejan plantel a medio camino
La Asociación de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la Escuela (APMAE) denunció que las labores de mejora en el plantel, iniciadas meses atrás con la intención de rehabilitar las aulas, fueron paralizadas sin explicación.
Desde entonces, la comunidad educativa ha quedado en el limbo, sin fecha clara para el reinicio de las obras.
Los padres temen que el abandono prolongado del proyecto derive en un cierre definitivo de la escuela o en un deterioro aún mayor de las estructuras existentes.
También cuestionan el hecho de que los niños estén recibiendo docencia en condiciones improvisadas, sin la comodidad ni el ambiente pedagógico necesario para un aprendizaje efectivo.
Comunidad exige acción inmediata
Ante la falta de soluciones, los padres y comunitarios exigen a las autoridades del Ministerio de Educación intervenir de forma urgente.
Solicitan la reanudación inmediata de los trabajos paralizados, el retiro de las butacas dañadas y una evaluación integral de las condiciones del plantel.
Advierten que, de no recibir respuesta en los próximos días, podrían organizar protestas pacíficas para llamar la atención de las autoridades, ya que consideran inaceptable que la educación de sus hijos siga dependiendo de espacios prestados e instalaciones deterioradas.
La situación en Blanco Arriba pone de manifiesto el abandono en el que aún se encuentran muchas escuelas rurales del país, a pesar de los recursos destinados al sector educativo.
Mientras tanto, los niños de esta comunidad siguen esperando una respuesta concreta que les devuelva su derecho a una educación digna y segura.
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