Dary Terrero Noticias
Portada » Deportación inesperada cambia la vida de un joven criado en EE. UU.

Deportación inesperada cambia la vida de un joven criado en EE. UU.

Alberto Salagán no había vuelto a México desde que salió siendo un bebé.

Nació en Acapulco, Guerrero, pero creció en California, Estados Unidos.

Desde pequeño, vivió como cualquier niño estadounidense.

Fue educado en inglés, hizo amigos y adoptó la cultura americana.

Durante su adolescencia, fue atraído por la vida de las pandillas.

Las calles de San Diego lo envolvieron en un ambiente peligroso.

Buscaba aceptación, respeto y una identidad que sentía le faltaba.

La necesidad de pertenecer lo arrastró hacia decisiones equivocadas.

De California a Acapulco: regreso sin raíces

Fue arrestado por su participación en una pandilla local.

Las autoridades migratorias lo deportaron al terminar su condena.

La deportación ocurrió en enero, bajo el nuevo mandato de Donald Trump.

La política migratoria se endureció y miles de jóvenes fueron expulsados.

Alberto fue enviado a México sin aviso ni preparación.

Aterrizó en un país que apenas conocía de nombre.

No tenía familia ni amigos que lo esperaran.

Llegó con lo puesto y sin saber hablar bien español.

Pasó sus primeros días en refugios para migrantes.

La realidad fue dura y diferente a todo lo que conocía.

En Acapulco, enfrentó la indiferencia de una sociedad ajena.

Reintegrarse en México: un reto cotidiano

Buscar empleo fue su mayor desafío.

Sin papeles mexicanos vigentes, nadie lo contrataba.

Tampoco tenía historial académico ni laboral en México.

Era considerado un desconocido en su propio país.

El idioma también representó una gran barrera.

Aunque entendía algunas frases, no podía comunicarse con fluidez.

Los trámites burocráticos lo dejaban agotado y frustrado.

Logró contactar una organización que ayuda a deportados.

Allí recibió orientación legal, clases de español y apoyo emocional.

Comenzó a reconstruir su identidad desde cero.

Poco a poco, se adaptó a las nuevas condiciones.

La soledad aún lo acompaña, pero ahora tiene esperanza.

Sueños y desafíos tras la deportación

Alberto sueña con estudiar y formar una familia.

Quiere compartir su historia para evitar que otros jóvenes repitan su camino.

Habla en escuelas y albergues para alertar sobre los peligros de las pandillas.

Sabe que muchos como él enfrentan los mismos retos.

A diario, miles de jóvenes son deportados a México.

Muchos ni siquiera recuerdan el país donde nacieron.

No reciben ayuda gubernamental para integrarse.

Las organizaciones civiles no dan abasto ante tantos casos.

Alberto sigue luchando, sin rendirse.

Su experiencia lo ha hecho más fuerte y consciente.

Insiste en que la deportación no debe ser una condena.

Tiene fe en que puede construir una nueva vida en México.

 

Agregar comentario