El Vaticano confirmó este lunes la muerte del papa Francisco, quien falleció a los 88 años en la residencia Santa Marta, donde permanecía bajo cuidados médicos desde hacía semanas.
En un comunicado oficial, la Santa Sede informó: “Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco.
A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre”, palabras pronunciadas por el cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia.
Jorge Mario Bergoglio, oriundo de Buenos Aires, se convirtió en el primer papa latinoamericano y jesuita de la historia.
Su pontificado, iniciado en 2013, dejó una huella profunda tanto en la Iglesia católica como en la comunidad internacional.
Un pontífice que rompió esquemas
Desde su elección el 13 de marzo de 2013, el papa Francisco marcó un cambio radical en la forma de ejercer el papado.
Optó por una vida austera, rechazó muchos de los lujos vaticanos y priorizó una Iglesia en salida, centrada en los pobres, los migrantes y los marginados.
Su elección tras la renuncia de Benedicto XVI también significó una transición histórica. Fue el primer papa no europeo en más de 1,200 años y el primero procedente del hemisferio sur.
En sus primeras palabras como pontífice pidió: “Recen por mí”, un gesto que simbolizó su estilo pastoral y cercano.
Durante sus 12 años como pontífice, Francisco impulsó reformas en la Curia, enfrentó escándalos internos y promovió el diálogo interreligioso.
También dejó claro que la Iglesia debía involucrarse en temas urgentes como el cambio climático, la pobreza estructural y la guerra.
Compromiso social y mensaje universal
Una de las contribuciones más destacadas del papa Francisco fue su llamado a la conciencia global frente a los problemas sociales y medioambientales.
Su encíclica Laudato Si’, publicada en 2015, marcó un antes y un después en la relación entre fe y ecología.
En innumerables discursos y viajes apostólicos, elevó su voz contra la indiferencia mundial ante la crisis migratoria, la desigualdad económica y los conflictos armados.
Visitó zonas de guerra, abrazó a refugiados y denunció los efectos del sistema económico que “mata”, como expresó en varias ocasiones.
El papa Francisco también fue un líder espiritual que buscó humanizar el mensaje de la Iglesia.
Habló de misericordia, perdón y compasión, acercando nuevamente a millones de fieles que se sentían alejados de la institución religiosa.
Últimos días y reacción mundial
En los últimos meses, su salud fue motivo de preocupación. Diversas complicaciones respiratorias lo alejaron de las actividades públicas.
A pesar de su frágil estado, mantuvo una actitud serena y dejó entrever en varias oportunidades su preparación espiritual para este desenlace.
La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de reacciones en todo el mundo.
Líderes políticos, religiosos y ciudadanos comunes expresaron su pesar y reconocimiento a un papa que, con gestos simples y palabras poderosas, tocó el corazón de millones.
En la Plaza de San Pedro, fieles comenzaron a reunirse para rendir tributo. Las banderas del Vaticano ondean a media asta y se han iniciado los preparativos para las exequias.
Durante los próximos días se celebrarán misas en su memoria en todas las diócesis del mundo.
Comienza el proceso para elegir a su sucesor
Con su partida, la Iglesia entra en un período de sede vacante. El Camarlengo asumirá temporalmente la administración del Vaticano y se convocará un cónclave en las próximas semanas. Los cardenales electores deberán reunirse para elegir al nuevo sumo pontífice.
El papa Francisco deja un legado de cercanía, humildad y compromiso con los más vulnerables. Su voz seguirá resonando en las páginas de la historia como la de un pastor que se atrevió a hablar desde el corazón, aun en tiempos de crisis.
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