La directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope, hizo un llamado directo a la comunidad internacional para que actúe de inmediato frente a la crisis humanitaria que sacude a Haití.
Más de un millón de personas han sido desplazadas dentro del país a causa del creciente poder de las pandillas armadas que operan en todo el territorio, incluso en la capital, Puerto Príncipe.
El llamado de la OIM busca movilizar recursos y atención global para asistir a una población atrapada entre la violencia, la pobreza extrema y la falta de estabilidad política.
La violencia en Haití ha alcanzado niveles alarmantes. Comunidades enteras han sido forzadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad.
Actualmente, se estima que más de un millón de haitianos viven en condiciones precarias debido al desplazamiento interno.
Los enfrentamientos entre bandas armadas generan miedo constante y han paralizado la vida económica y social de muchas zonas del país.
Según informes recientes, las bandas armadas han tomado el control de regiones enteras, incluyendo sectores clave de Puerto Príncipe.
Estas pandillas son responsables de asesinatos, secuestros, extorsiones, violaciones y desplazamientos forzados, afectando a niños, mujeres y ancianos por igual.
El colapso del orden público ha llevado al cierre de escuelas, centros médicos y negocios, intensificando la crisis humanitaria.
Haití, considerado el país más pobre del continente americano, enfrenta una combinación letal de violencia, pobreza y crisis política.
La falta de instituciones sólidas impide que el gobierno garantice la seguridad básica de su población.
La OIM advirtió que si no se actúa con urgencia, la situación podría empeorar en cuestión de semanas, afectando también a países vecinos debido a posibles flujos migratorios masivos.
Llamado a la cooperación internacional
Amy Pope instó a los gobiernos, organizaciones multilaterales y agencias humanitarias a no ignorar la gravedad de lo que sucede en Haití.
La directora de la OIM señaló que el desplazamiento forzado está dejando cicatrices profundas en miles de familias, que viven en refugios improvisados y con acceso limitado a servicios básicos.
Recalcó que se necesita apoyo inmediato en alimentos, agua potable, atención médica y seguridad para mitigar el impacto de esta crisis.
Impacto en niños y mujeres
Entre los más afectados por esta emergencia humanitaria están los niños y las mujeres, quienes sufren violencia de género y explotación en campamentos informales.
La falta de acceso a educación, salud y protección incrementa su vulnerabilidad ante las redes criminales.
Organizaciones internacionales han documentado casos de abuso sistemático que requieren una respuesta inmediata y coordinada.
Además de la ayuda humanitaria, la OIM insiste en la necesidad de soluciones estructurales para Haití.
Se requiere fortalecer el sistema de justicia, apoyar el desarrollo económico y restaurar la autoridad del Estado para erradicar el control de las pandillas.
La comunidad internacional no puede mirar hacia otro lado mientras millones de haitianos luchan por sobrevivir día tras día.
La OIM reiteró que Haití necesita mucho más que asistencia de emergencia.
Se requiere una estrategia global que combine ayuda humanitaria, cooperación para el desarrollo y acciones de seguridad.
La crisis en Haití pone a prueba la voluntad del mundo de responder con solidaridad y compromiso frente a una tragedia prolongada
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