La prolongada guerra comercial entre China y Estados Unidos ha entrado en una nueva fase. Recientemente, Estados Unidos impuso un arancel adicional del 10% a productos chinos.
En respuesta, China implementó medidas contundentes para contrarrestar estas acciones.
Entre las medidas adoptadas, China ha impuesto aranceles adicionales de hasta el 15% sobre productos agroalimentarios estadounidenses.
Además, ha restringido las exportaciones de metales clave, como galio, germanio, antimonio y grafito, esenciales para la fabricación de semiconductores y baterías.
Reacción de China ante los nuevos aranceles
China ha añadido 10 empresas estadounidenses a su lista de entidades no fiables, prohibiéndoles realizar actividades comerciales en el país.
Estas medidas buscan proteger la seguridad e intereses de China, además de cumplir con obligaciones internacionales de no proliferación.
El Ministerio de Comercio chino ha llevado el caso a la Organización Mundial del Comercio (OMC), alegando violaciones de las normas de comercio por parte de Estados Unidos.
Estas acciones reflejan la desaprobación del país asiático hacia las estrategias arancelarias de Washington y su disposición a tomar medidas firmes en defensa de sus intereses económicos.
La situación actual destaca la importancia de la cooperación y el diálogo en las relaciones comerciales internacionales. La comunidad global observa con atención cómo se desarrollará este conflicto y sus posibles repercusiones en la economía mundial.
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