SAN LUIS – Unas 40 horas antes de que Albert Pujols estuviese otra vez a la altura del momento y ultimadamente batease el jonrón 695 de su carrera el domingo, el legendario cañonero dominicano se dio cuenta de que se respiraba una sensación diferente en el húmedo aire del Busch Stadium.
Lo que podía sentir ahora Pujols era una mezcla cada vez más intensa de emoción, expectativa y, con el paso de los días, urgencia.
La Máquina haciendo cosas que La Máquina haría. ✍️ pic.twitter.com/dBzrn700Z0
— LasMayores (@LasMayores) September 4, 2022
Tan pronto se paró en el círculo de espera durante la cómoda victoria del viernes sobre los Cachorros, Pujols fue recibido por una ola de energía del público en el parque de los Cardenales. Fue en ese momento cuando la leyenda de 42 años se dio cuenta por primera vez que su marcha hacia los 700 jonrones había subido a otro nivel en términos de emoción e intensidad.
“Estos fanáticos me han llenado de energía por 12 años en mi carrera, incluyendo la postemporada, pero el viernes sentí algo diferente”, admitió con franqueza Pujols después de la victoria por 2-0 de San Luis sobre Chicago. “Cuando salí de emergente el viernes en mi primer turno contra (Sean) Newcomb, sentí algo distinto. No sé qué fue, pero lo sentí. Lo hablé con mi familia, con mis niños que estaban aquí y les dije, ‘Wow, esto fue diferente’”.
Pujols no sólo extendió su récord de jonrones contra 451 pitchers distintos – Brandon Hughes de Chicago, en este caso – sino que la botó en el último turno de su carrera contra los Cachorros, una franquicia que ha aterrorizado por décadas. En 199 encuentros de por vida ante los Cachorros – la mayoría de ellos con el uniforme de los Pájaros Rojos – Pujols sacó 59 vuelacercas, 99 extrabases y empujó 149 rayitas.
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