Redacción DT
La comunidad de Bayona y las Juntas de Vecinos de Santo Domingo Oeste han manifestado su desesperación ante los prolongados apagones que según ellos los afectan diariamente.
La falta de energía eléctrica no solo ha alterado la rutina de cientos de familias, sino que también ha puesto en riesgo la economía local, dejando a comerciantes al borde de la quiebra.
Los residentes denuncian que, a pesar de pagar facturas elevadas, el servicio eléctrico sigue siendo deficiente e inestable. Amas de casa y pequeños empresarios enfrentan pérdidas constantes, mientras que los estudiantes y trabajadores deben lidiar con dificultades para cumplir sus responsabilidades diarias.
“Estamos cansados de promesas incumplidas. Pagamos luz, pero vivimos en la oscuridad”, expresó un residente afectado.
Exigen la renuncia de Marranzini y medidas urgentes
La indignación ha crecido tanto que los comunitarios ahora exigen la renuncia inmediata de Marranzini, a quien responsabilizan por la crisis eléctrica.
“Queremos su renuncia ya. Su incompetencia ha traído caos a nuestras comunidades”, declaró Ramón Antonio Aybar, presidente de la Junta de Vecinos de Bayona.
La protesta no se limita solo a Bayona. Sectores como Las Caobas, Engombe, Las Palmas y otros barrios también se han unido a las demandas, denunciando que EDESUR y las demás empresas eléctricas han fallado en garantizar un servicio estable en todo el país.
Amenazan con tomar las calles si no hay solución
Ante la falta de respuestas concretas, los líderes comunitarios advirtieron que, si los apagones no cesan en los próximos días, iniciarán acciones de protesta en las calles.
“No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras nuestras comunidades se hunden en la oscuridad. Si no hay luz, habrá lucha”, afirmó Ivelisse Díaz, presidenta de la Junta de Vecinos de Las Caobas.
Un llamado al Gobierno para intervenir
Los afectados hacen un llamado urgente al presidente de la República para que intervenga y tome medidas concretas que garanticen un servicio eléctrico justo y estable.
La paciencia de la comunidad se agota, y si las autoridades no responden pronto, las calles podrían convertirse en el escenario de una gran manifestación popular en busca de una solución definitiva.
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